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6 de abril de 2025

Cómo hacer una buena salsa macha mexicana en casa

Picante, intensa y llena de sabor: la salsa macha es el condimento ideal para tacos, carnes y más. Aprendé a prepararla fácilmente.

Historia de la Salsa Macha

La salsa macha es originaria del estado de Veracruz, en México, aunque hoy se consume en muchas regiones del país. Su nombre proviene del término "macho", relacionado con su sabor fuerte, picante y su preparación robusta, que implica el uso de varios tipos de chiles secos.

Tradicionalmente, esta salsa se elaboraba en los hogares rurales para aprovechar los ingredientes locales: chiles secos, aceite, ajos y, a veces, semillas o frutos secos como cacahuates. De ahí su característica textura ligeramente gruesa y su versatilidad.

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La salsa macha se popularizó como un acompañamiento ideal para carnes, tacos, mariscos y hasta para darle un toque picante a panes y quesos. Su expansión a nivel nacional e internacional en los últimos años ha llevado a muchas variantes, incluyendo versiones con almendras, nueces o especias exóticas.

Hoy, la salsa macha no solo representa el sabor auténtico de México, sino también la creatividad de su gastronomía.

Ingredientes:

  • 1 taza de aceite vegetal (si es de oliva mejor)

  • 10 chiles secos (pueden ser pasilla, guajillo o de árbol, según el picante deseado)

  • 2 dientes de ajo

  • ¼ taza de maní tostados sin sal

  • 2 cucharadas de semillas de sésamo

  • Sal al gusto

  • Opcional: un chorrito de vinagre de manzana

Preparación:

  1. Cortá los chiles en trozos medianos, retirando las semillas si preferís una salsa menos picante.

  2. Calentá el aceite en una sartén a fuego bajo.

  3. Agregá los ajos y los chiles, y cociná lentamente hasta que estén fragantes y apenas dorados (¡cuidado que no se quemen!).

  4. Incorporá los manies y las semillas de sésamo, y cociná unos segundos más.

  5. Retirá del fuego y dejá enfriar un poco.

  6. Procesá todo en una licuadora o con minipimer, agregando sal a gusto y, si querés, un chorrito de vinagre.

  7. Guardá la salsa en un frasco de vidrio. Dura varias semanas en la heladera.

 

La salsa macha es increíblemente versátil y puede acompañar una gran variedad de platos. Estos son algunos ejemplos:

  • Tacos: Perfecta para tacos de carne asada, carnitas, pescado o camarones, dándoles un toque picante y crujiente.

  • Carnes y parrilladas: Va muy bien con carnes a la parrilla, como acerdo, pollo o asado realzando los sabores ahumados.

  • Mariscos: Es un clásico acompañar ceviches, camarones a la plancha o pulpo con unas cucharadas de salsa macha.

  • Tamales y antojitos mexicanos: Agrega profundidad de sabor a tamales, quesadillas, tlacoyos o sopes.

  • Huevos: Un chorrito sobre huevos revueltos o estrellados transforma el desayuno en una experiencia explosiva.

  • Panes y quesos: Espectacular sobre un pan crujiente o un queso cremoso.

  • Arroces y pastas: Aunque menos tradicional, la salsa macha también puede darle vida a un arroz blanco o a una pasta sencilla.

Su combinación de picor, aceite y textura crujiente la hace un comodín en la cocina para quienes buscan platos con carácter y sabor intenso.

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