LAS MIL Y UNA SALSA
1 de junio de 2025
Salsa de queso casera: cremosa, rápida y perfecta para todo tipo de platos

Ideal para pastas, papas o nachos, esta salsa de queso se prepara en minutos y lleva ingredientes simples que seguro tenés en casa.
Historia de la salsa de queso
La salsa de queso tiene sus raíces en las cocinas europeas, especialmente en Francia e Inglaterra, donde desde hace siglos se combinan productos lácteos con almidones para lograr salsas cremosas. Una de las primeras versiones conocidas es la Mornay, una derivada de la bechamel a la que se le agrega queso rallado, generalmente gruyère o parmesano, surgida en el siglo XIX en Francia.
En paralelo, en Inglaterra se popularizó el uso de salsas con cheddar fundido, especialmente a partir del siglo XVIII, cuando los quesos comenzaron a producirse industrialmente y a formar parte de preparaciones hogareñas más sencillas.
En el siglo XX, con la aparición de quesos procesados y fundibles en Estados Unidos, la salsa de queso vivió un boom, convirtiéndose en un clásico del fast food y las comidas reconfortantes: nachos con queso, mac and cheese, sándwiches fundidos y dips para picadas.
Hoy, esta salsa se encuentra en versiones más sofisticadas o caseras, con distintos tipos de quesos y condimentos, adaptándose tanto a la cocina gourmet como a la del día a día. Su versatilidad y sabor la convirtieron en un clásico mundial.
Ingredientes:
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2 cucharadas de manteca
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2 cucharadas de harina
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2 tazas de leche
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1 ½ taza de queso rallado (cheddar, mozzarella o el que prefieras)
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Sal y pimienta a gusto
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Opcional: una pizca de nuez moscada o mostaza
Preparación (en pasos):
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En una sartén, derretí la manteca a fuego medio.
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Agregá la harina y mezclá con cuchara de madera o batidor, cocinando 1-2 minutos para formar un roux.
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Sumá la leche de a poco, batiendo constantemente para evitar grumos.
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Cociná a fuego medio hasta que espese.
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Incorporá el queso rallado y remové hasta que se derrita por completo.
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Condimentá con sal, pimienta y nuez moscada si te gusta y servir.
La salsa de queso se suele usar en:
- Pastas, como mac and cheese o tallarines con salsa cremosa.
- Nachos y otros snacks para dippear.
- Papas fritas o al horno, como topping cremoso.
- Hamburguesas, para darles un toque fundido y sabroso.
- Vegetales al vapor o a la plancha, para acompañar.
- Carnes, especialmente pollo o cerdo, para sumar cremosidad.
- Platos gratinados, como lasañas o soufflés.
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