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7 de octubre de 2021

1970 – El accidente ferroviario de Benavídez. La mayor catástrofe ferroviaria ocurrida en nuestro país.

Anochecer del 31 de enero de 1970, partida de la ciudad de Tucumán del Mixto 1016, con destino a Retiro. Pasa al día siguiente, 1 de Febrero, a las 20,14 por la Estación Benavídez, donde encontró la señal verde de vía libre.

TRENES QUE CUENTAN SU HISTORIA

 

En la línea del FFCC Mitre, en la noche del 1º de febrero de 1970, a las 20,15 hs. un tren procedente de Zárate con algo más de 1.000 pasajeros regresando de su balneario, tras dejar la estación de Benavidez, con destino a Retiro, sufre su locomotora un desperfecto a mil metros de la misma deteniéndose luego de una curva, procediendo su maquinista a tratar de solucionar la falla en el motor.
 

Pero detrás, desde Tucumán venía avanzando el Mixto 1016, que desde Rosario venía como Rápido a Retiro tirado por dos locomotoras, recuperando 45 minutos de atraso a una velocidad superior a los 100 km/h. Fatalmente, por un error de operación de la Estación Benavidez, se dio vía libre a la misma vía donde, tras una curva, se hallaba detenido el tren anterior (minutos antes hubo un aviso –que no fue atendido- de la siguiente Estación, Pacheco, comunicando que el Zarateño no había pasado). Sin recibir ese llamado, no atendido por “desidia?” se comete el fatal error de mover la señal de rojo a verde dando “vía libre”.

Así las cosas, el Tucumano hallando vía libre –a las 20,14- pasó veloz por Benavidez y como a 600 metros más adelante, al salir de una curva se encuentra con el tren detenido en su misma vía, aplica frenos y bocina, (¿Qué otra cosa podría hacer?),  resultando inútil porque 400 metros por delante le eran insuficientes necesitando mínimo 800 metros más para su frenado total. El encuentro fue devastador. Según relató el mismo maquinista: “Cerré los ojos y recé hasta que llegó el estallido final”... cuando esa locomotora arrasó metiéndose dentro de aquel último coche del Zarateño repleto de gente.

Ultimo coche del tren El Zarateño que recibe el impacto de la locomotora del Tucumano

 

El otro maquinista, del tren detenido, con heridas al caer de su locomotora a las vías, tomó un caballo y galopó hasta la estación de Pacheco a pedir auxilios. Enterado el General Onganía, presidente -de facto- de la Nación, dispuso que todos los médicos de la región –incluidos los de vacaciones- participasen en el operativo junto a unas 11 dotaciones de Bomberos. 

Toda la noche y la mañana siguiente se extrajeron heridos que se trasladaron en todo tipo de vehículo, incluso a caballo. A las 4 de la madrugada se largó una lluvia pero nada se detuvo..

Por el choque varios coches de ambos trenes se montaron unos dentro de otros y los coches antepenúltimo y penúltimo del Zarateño volaron –literalmente- por sobre su propio tren cayendo 80 metros más adelante a un costado de la vía

Penúltimo y antepenúltimo coche del Zarateño. Uno metido dentro del otro “voló”” por sobre su tren, cayendo a 80 metros más adelante.

 

Entre ambos trenes sumaban unos 1450 pasajeros. El diario Clarín del día 3 de Febrero publicó la suma de 236 muertos y cerca de 600 heridos. Se supo que el propio Gral. Onganía (presidente de facto de Argentina)  viajó al lugar, pero hizo detener su tren lejos para observar con prismáticos no llegando al sitio por “impresión”… También visitó un Hospital de Campaña de la zona pero, ante la visión y voces de dolor que halló, ‘conmocionado’ se fue rápidamente.

Tras extraer todos los cuerpos que se pudo, y siendo imposible despegar la maraña de material de acero, madera, vidrio… de los coches montados unos en otros, para evitar se produjese una epidemia  –se dijo-, se dispuso incendiar “piadosamente” los mismos, con los fallecidos adentro. Con ello se estimó  –in situ-  que no fue real la cifra de los 236 muertos, y que los muertos habrían superado los 500. Muchos cuerpos no fueron reclamados por tratarse de familias enteras.

Primera imagen, coches en pié del Zarateño, uno dentro del otro. En la segunda, grúa tratando despegar los dos coches que uno dentro de otro “volaron” para caer a 80 metros del impacto.

 

Pero el gobierno afirmó solo 236 para no pagar la millonaria cifra correspondiente de los seguros. Existieron casi 300 muertos más que el gobierno nunca reconoció. La desafortunada mentira del número de fallecidos jamás fue admitida ni publicada, pero quedó como un escandaloso secreto a voces en quienes debieron dar fuego…en los vecinos del lugar… y en la “censura” de la época!!! 
 

Francisco Álvarez – El Recopilador.
 

Fuentes: Archivo de el Recopilador.
Fotos tomadas de internet, créditos a quienes correspondan.
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