En contraste con la visión convencional que identifica al déficit fiscal como la raíz de los problemas económicos argentinos, junto con la inflación resultante de la emisión monetaria para cubrirlo, mantenemos que la inflación en nuestro país se desencadena por la escasez de dólares. El endeudamiento compulsivo en esta moneda solo agrava esta situación al profundizar la restricción externa inherente a nuestra economía bimonetaria.

La comprensión de que un endeudamiento excesivo en dólares condiciona irremediablemente el desarrollo económico de Argentina y la gestión responsable de este problema fueron factores clave para la reelección de la fuerza política que, con solo el 22% de los votos, llevó a Néstor Kirchner a la presidencia durante tres mandatos consecutivos completos.

La llegada del FMI y la implementación de sus políticas desataron nuevamente en Argentina un proceso inflacionario que erosionó el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones, lo que finalmente contribuyó al fracaso del intento de reelección de Mauricio Macri.

El acuerdo del gobierno anterior con el FMI validó el préstamo obtenido por la administración de Macri y comprometió al gobierno actual a implementar políticas dictadas por el organismo multilateral, incluyendo una devaluación del tipo de cambio por encima de la tasa de inflación, lo que alimentó un círculo vicioso de inflación creciente.

La firma del acuerdo con el FMI marcó un punto de inflexión. A pesar del respeto a la institucionalidad, sectores dentro del Frente de Todos expresaron su rechazo al acuerdo, lo que evidenció el incumplimiento del contrato electoral por parte del gobierno.

Aunque Macri y su partido apoyaron al candidato libertario en el balotaje, la migración de votos de su base hacia La Libertad Avanza habría ocurrido igualmente debido al fuerte antiperonismo de sus seguidores.

Los medios de comunicación y la judicialización durante el gobierno de Macri, junto con el incumplimiento del contrato electoral por parte del Frente de Todos, contribuyeron al ascenso de Milei.

A pesar de sus declaraciones, Milei adopta políticas y nombra a funcionarios que contradicen su discurso de cambio, lo que pone en duda su legitimidad y coherencia.

El programa económico de Milei, caracterizado por un ajuste feroz y la dolarización, amenaza con aumentar la desocupación y la desesperación social, empeorando la situación económica del país.

Las medidas adoptadas hasta el momento replican políticas fracasadas del pasado y ponen en riesgo el desarrollo inclusivo de Argentina.

Milei debe enfrentar intentos de influencia de actores políticos derrotados en las elecciones anteriores, lo que podría obstaculizar su gestión.

Las contradicciones en el enfoque económico de Milei, como la oposición a la emisión de pesos pero la promoción del endeudamiento en dólares, plantean interrogantes sobre su capacidad para llevar a cabo un programa coherente.

La situación actual requiere la construcción de acuerdos parlamentarios para abordar los desafíos económicos y sociales del país.

El crecimiento y desarrollo sostenible de Argentina requiere un enfoque que priorice la industrialización, la creación de empleo y una gestión responsable de la deuda externa.

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