Acerca de los mitos

Son los integrantes de ese conjunto de historias, creencias, inventos, relatos, leyendas, al que dan nombre: mitología.

Entre las muchas mitologías que existen, como la griega, la romana, la nórdica, la americana, entre otras muchas,  quizás la más tratada (y a veces maltratada) por estudiosos, críticos, escritores, periodista es la mitología griega; un poco menos y con muchas similitudes, (los mismos dioses con distinto nombre) , la mitología romana.

El tema con los griegos, que complica bastante la comprensión de los mitos y agrega una dificultad para recordarlos, son los nombres de los personajes: Ariadna, Afrodita, Zeus, Hércules, Dédalo, Icaro, Orfeo, Sísifo…

Acaso, ¿no sería lo mismo si el tipo, en lugar de Asterión se llamara Roberto?

¿Qué cambiaría? La esencia, quizás, pero sería algo efímero, en tanto la lectura nos llevaría nuevamente al escenario original.

¿Por qué Ariadna no se llama Adriana, por qué Orfeo no puede hacer más que dar su nombre a un teatro, por qué Sísifo suena como un recipiente para la soda, y Dédalo se usa para no pincharse al zurcir las medias?

Ya sé, son nombres griegos, pero creo que lo hacen sólo para complicarnos la existencia.  Aunque no les sirve para el negocio ya que casi nadie en el mundo habla griego, excepto…los griegos. A diferencia de los ingleses, que desde chiquitos aprenden inglés y lo han llevado e instalado por todo el universo, a tal punto que hoy día, casi que si no sabés inglés, no existís. 

Esto de la mitología griega se parece bastante a “Gran Hermano”, aunque un poco más truculento porque así se estilaba: tenemos dioses que se tragaban a sus hijos apenas nacían, porque temían que les hicieran a ellos lo que ellos habían hecho a sus padres, a los que para derrocarlos los habían castrado. En otros casos, tenían hijos con la hermana, como ocurrió entre Cronos y Rea, pero quizás esta actitud incestuosa pudo estar guiada porque esa cuestión no se veía tan mal para los códigos de aquella época. 

Más allá de esos detalles, ellos insisten con sus dioses y sus mitos, y se meten en la vida de la gente, para hacérsela todavía más difícil.

Tomemos por ejemplo el caso de Cronos: hijo del cielo, Urano, y de la tierra, Gea. Cronos fue llamado el dios del tiempo. Como odiaba a su padre, lo derrocó y subió al trono junto a su hermana Rea y juntos gobernaron en esa época que se denominó “la edad dorada” en la que los hombres y mujeres no envejecían y vivían libres de preocupaciones. Eso duró un tiempo, porque luego vino Zeus, el hijo y derrocó a Cronos. Los historiadores de la época clásica no llegaron a ponerse de acuerdo en lo ocurrido a Cronos de ahí en adelante, pero hay versiones que aseguran que, en una especie de venganza, Cronos disparó una bomba que nadie jamás pudo desactivar, y que es, para cada persona, el tiempo de su vida. 

El problema con Cronos, y contra eso no hay disputa, es que nunca se detiene. 

EDUARDO GUERRA