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Halladas a la vuelta de una esquina.

La Fenicia original, la cultura que nació en Palestina a orillas del Mediterráneo ya llevaba tiempo en decadencia. Al estar situada en el paso entre el mar y el desierto de Siria, en relativo fácil contacto al sur, con Egipto y al norte, a través del Eúfrates con Mesopotamia y Asia Menor, era un enclave ideal para ser una encrucijada comercial, y por tanto codiciada por los grandes imperios vecinos.

Pero cuando Fenicia como tal declino, una colonia suya, Cartago, la sustituyó dominando tanto el norte de África, como el Mediterráneo. Situación que la llevó inevitablemente a tener enfrentamientos con Roma, la otra potencia imperial que se estaba fraguando al otro lado del Mediterráneo.

Esa rivalidad produjo las que conocemos las Guerras Púnicas, tres enfrentamientos en los años 254 a, C, y 146 a.C. 64 a. C.. O sea, qué de forma intermitente, estuvieron en guerra debido sobre todo a la conquista de Sicilia, por parte de los romanos donde Cartago tenía importantes colonias, así como graves enfrentamientos en Iberia por la misma razón. En ella los Cartagineses tenían grandes colonias como Nova Cartago, (Cartajena), mientras que los romanos pugnaban por anexionarla al imperio.

Ello dio lugar a hecho tan curiosos como el paso del general cartaginés Aníbal de los Pirineos con elefantes para tacar a Roma por el Norte, en la Segunda Guerra Púnica.

Tal fue la obsesión de Roma con Cartago, que se atribuye a Catón el Viejo, que finalizaba todos sus discursos en el Senado Romano con la frase Carthago delenda est Carthago , " Cartago debe ser destruida"

Las Guerras Púnicas acabaron con la absoluta derrota de Cartago, cuando tras tres años de asedio, Roma consiguió romper las murallas de la ciudad, y la saquearon, y quemaron hasta sus cimientos. esclavizando a todos los supervivientes, con lo que Cartago dejó de existir, hasta que un siglo más tarde Cesar Augusto creo una colonia para veteranos del ejército.

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