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20 de marzo de 2025

Historia de la navegación fluvial en Argentina, 1855 a 1857 Parte 2.

Por: Francisco Álvarez (El Recopilador)

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Halladas a la vuelta de una esquina

-Segunda publicación de esta serie de cuatro, donde se resume e identifica los principales hitos de la Historia de la navegación fluvial en Argentina.

1855
El capitán estadounidense D. Thomas Jefferson Page había llegado al Río de la Plata al mando del primer buque extranjero -la cañonera ‘Water Witch’ (Bruja de las Aguas), de bandera norteamericana- el 24 de mayo de 1853, que haría uso de la libertad de navegación de los ríos decretada por D. Justo José de Urquiza el 28 de agosto de 1852. Esta cañonera traía la misión de efectuar un levantamiento hidrográfico integral de la extensa Cuenca del Plata, de la cual se había hecho algo en los ríos Paraná y Paraguay en 1841 a cargo de una expedición desde Buenos Aires a la Asunción bajo los auspicios del gobierno británico a bordo del bergantín argentino ‘Palm’.

El capitán inglés Sullivan -cuyas cartas se utilizaron entre nosotros hasta fin de siglo- había actuado en las fuerzas contra Rosas y fue de los que rompieron las cadenas en la Vuelta de Obligado.
El comandante de la ‘Water Witch’, Thomas Jefferson Page, era un oficial en la plenitud de sus energías -45 años de edad- y su carrera ya cumplida; era oriundo del estado de Virginia y llegaba al Río de la Plata precedido de una gran experiencia en exploraciones en las Indias y trabajos en Europa y México, lo que le permitió acumular conocimientos a nivel científico.
Sus trabajos en nuestro territorio le llevaron un largo período de su vida en el escenario de nuestros grandes ríos, de los que fue uno de los primeros e insignes exploradores. Legó a sus descendientes toda su experiencia, que éstos supieron aplicar a su tiempo, participando de la carrera naval argentina. El capitán Page falleció a los 90 años. La cañonera ‘Water Witch’ era un vapor de ruedas de 400 toneladas, que contaba con tres pequeños obuses y traía algunos instrumentos astronómicos. Su calado era de 9 pies.

De sus más notables exploraciones fluviales, podemos mencionar que, con la referida cañonera y dos vaporcitos más -el ‘Pilcomayo’, construido aquí por sus propios ingenieros que lo acompañaban, y el ‘Yerba’ que había sido traído desarmado desde Estados Unidos y armado en el Tigre (tenía una eslora de 34 m y un calado de 2 pies largos)-, logra llegar hasta Orán, en Salta, por el río Bermejo; Hasta Corumbá, en Brasil, navegando por el río Paraguay; Luego por el Salado del Norte, hasta una distancia de unas 800 millas desde su desembocadura en el Paraná.
Por supuesto que estas exploraciones las efectuaba con los dos pequeños vaporcitos, en razón de su poco calado, en tanto que la cañonera permanecía como base de operaciones en Asunción u otros puntos adecuados. 

1856
El 2 de junio se otorga al señor Esteban Rams y Rubert, destacado comerciante de Santa Fe, una concesión por 15 años para la navegación de los ríos Salado del Norte y Dulce. A tal efecto había hecho el reconocimiento del primero de ellos desde Matará (Santiago del Estero) hasta su desembocadura en el Paraná; más adelante enviará el vaporcito ‘Ventura’ (construido en el astillero Schwartz de la Boca del Riachuelo) a Aguará, en aquella misma provincia.

1857
Varios comerciantes salteños forman la Sociedad Salteña para la Navegación del río Bermejo; D. José Lavarello, ya mencionado anteriormente, hizo construir con ese fin el vaporcito ‘Explorador’ en un astillero de Paraná. 

En el mes de abril, el señor D. Esteban Rams y Rubert, con motivo de las grandes inundaciones del río Salado del Sur (provincia de Buenos Aires), establece allí el vaporcito que bautizó ‘Río Salado del Sud’ para efectuar navegación por ese río (donde llegó hasta Chascomús); en esa oportunidad, dada la altura alcanzada por las aguas, el vaporcito puede navegar hasta fuera del cauce propiamente dicho, pero al normalizarse el curso, se regularizaron los viajes. 

1857: El “Río Salado del Sur”, entrando a Chascomús 
merced a una gran inundación que supo unir al 
Río Salado con la laguna.

El ciudadano sueco D. Augusto Liliedal navegó con un vaporcito el sistema fluvial del río Tercero (en Córdoba) que desemboca en el Carcarañá y éste, a su vez, discurre por la provincia de Santa Fe hasta desembocar en el Paraná. Esto ocurre en el mes de noviembre y logra llegar hasta Rosario. Publicó sus estudios, recomendando la instalación de un servicio de pequeños vapores desde Córdoba hasta Rosario.

Continúa en parte 3.-

 

Fuente:  https://cyt-ar.com.ar/cyt-     ar/index.php/Historia_de_la_navegaci%C3%B3n_fluvial_en_Argentina

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