El conflicto entre Irán e Israel escaló a niveles alarmantes este viernes, luego de que la República Islámica lanzara más de 100 misiles contra territorio israelí en represalia por una masiva operación aérea israelí que destruyó instalaciones nucleares y militares iraníes, y causó la muerte de al menos 78 personas, incluidos altos mandos del ejército persa. La respuesta iraní, bautizada “Verdadera Promesa III”, marcó una de las ofensivas más directas entre ambos países en las últimas décadas.

El bombardeo israelí, que fue interpretado por Teherán como una “declaración de guerra”, se produjo tras el vencimiento de un presunto ultimátum de 60 días impuesto por el presidente estadounidense Donald Trump para que Irán firme un nuevo acuerdo nuclear. “Debe haber un acuerdo antes de que no quede nada. HÁGANLO ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE”, escribió el republicano en su red Truth Social, al tiempo que calificó la operación israelí como “excelente”.

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El vocero del ejército israelí, Avichai Adrai, confirmó que más de 100 misiles fueron disparados desde Irán, aunque “la mayoría fueron interceptados o no alcanzaron su objetivo”. Sin embargo, una mujer murió y 63 personas resultaron heridas en Tel Aviv y alrededores. Las autoridades locales detallaron que los misiles impactaron edificios residenciales y generaron múltiples focos de incendio.

Desde Teherán, la Guardia Revolucionaria aseguró haber derribado dos aviones de combate israelíes durante la contraofensiva. Las imágenes de columnas de humo y explosiones sacudieron a la capital iraní en la madrugada del sábado. “Hundiremos en la desgracia al infame régimen sionista”, declaró el líder supremo Ali Jameneí durante un discurso televisado.

Israel, por su parte, denominó a su operación “León Naciente”, una ofensiva sin precedentes que, según el primer ministro Benjamin Netanyahu, alcanzó “el corazón del programa de enriquecimiento nuclear iraní”. Confirmó además la movilización de 200 aviones y anticipó “varias olas de ataques” más en los próximos días.

Entre las víctimas iraníes se encuentran el comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, el jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, y su segundo, Gholamali Rashid. Según el embajador de Irán ante la ONU, Amir Iravani, al menos 78 personas murieron y más de 320 resultaron heridas, la mayoría de ellas civiles.

La reacción internacional fue dispar: Rusia condenó el ataque israelí; Alemania y el Reino Unido se alinearon con Tel Aviv; y China llamó a la moderación. Mientras tanto, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, intentó despegar a Washington de los bombardeos, aunque Trump admitió haber sido informado previamente y defendió el uso de equipamiento militar estadounidense por parte de Israel.

El temor a una “guerra total” entre Irán e Israel golpeó los mercados. El barril de Brent superó los 75 dólares, las bolsas cayeron y los inversores se volcaron al oro y bonos estatales. Irán, Israel, Irak y Jordania cerraron sus espacios aéreos, y varias aerolíneas suspendieron vuelos a la región.

A nivel diplomático, las negociaciones nucleares entre EE.UU. e Irán están congeladas. Israel afirma que Teherán está cerca del “punto de no retorno” para desarrollar un arma nuclear, algo que Irán niega rotundamente. El informe más reciente del OIEA indica que el régimen islámico ha acelerado su producción de uranio enriquecido, lo que vuelve a tensar las cuerdas en un Medio Oriente al borde del abismo.