INTERNACIONAL
30 de mayo de 2025
UNICEF denuncia que más de 50.000 niños fueron asesinados o heridos en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí

Tras 600 días de ataques, crecen las alertas por hambruna y colapso sanitario en el enclave palestino. Mientras tanto, Israel intensifica los bombardeos y restringe el ingreso de ayuda humanitaria.
A más de 600 días del inicio de la ofensiva militar israelí sobre la Franja de Gaza, el saldo humanitario es devastador. Según datos difundidos por UNICEF, más de 50.000 niños palestinos fueron asesinados o resultaron heridos como consecuencia directa de los bombardeos israelíes. La agencia de Naciones Unidas para la infancia alertó además que la mayoría de la población gazatí —de la cual más del 50% son menores de edad— se encuentra bajo amenaza directa por el colapso del sistema sanitario, la falta de alimentos y la destrucción generalizada de la infraestructura civil.
Los ataques no cesan. Solo este jueves se registraron cerca de 70 nuevas muertes, según informaron las autoridades locales, que además denuncian que miles de personas siguen desaparecidas bajo los escombros. Estimaciones extraoficiales hablan de más de 100.000 personas desaparecidas desde el comienzo de la ofensiva, y más de 54.000 fallecidos, aunque los datos podrían ser incluso más altos debido al bloqueo militar que impide rescates y relevamientos independientes.
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Médicos voluntarios que lograron ingresar a Gaza también denunciaron el carácter abrumadoramente civil de las víctimas. En la última sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el cirujano estadounidense Feroze Sidhwa relató: “Durante cinco semanas en Gaza no traté a ningún combatiente. Mis pacientes eran niños de seis años con metralla en el corazón y balas en el cerebro, mujeres embarazadas con la pelvis destrozada”. El testimonio fue uno de los más crudos dados ante Naciones Unidas. “Los padres memorizan la ropa de sus hijos para poder identificar los restos”, expresó.
Los hospitales y las escuelas han sido blancos sistemáticos de los ataques. Organizaciones como la OMS y Médicos Sin Fronteras confirmaron que en el norte de Gaza ya no queda ningún hospital operativo. Los pocos que aún funcionan en el sur del enclave lo hacen parcialmente, desbordados y sin insumos esenciales. “Los repetidos ataques a centros de salud son parte de una estrategia deliberada para volver invivible la Franja de Gaza”, denunció MSF.
Al borde de una hambruna
El hambre se instala como una amenaza inmediata. La ayuda humanitaria que logra ingresar a la Franja sigue siendo mínima y está controlada por un actor altamente cuestionado por la ONU. La agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) advirtió que la distribución de alimentos se hace “a cuentagotas” y bajo condiciones que fomentan el caos y la violencia. “La ventana para evitar una hambruna se está cerrando rápido”, advirtió la agencia.
Aunque esta semana se autorizó el ingreso de algunos alimentos, la UNRWA denunció que Israel impone restricciones severas. Por ejemplo, prohíbe la entrega directa a las familias y permite la distribución solo a través de panaderías, lo que genera aglomeraciones, enfrentamientos y cierre de locales por inseguridad. La falta de combustible, gas de cocina y artículos básicos de higiene agrava aún más la situación.
A esto se suma el impacto de la destrucción de la capacidad productiva local. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), menos del 5% de las tierras cultivables en Gaza está en condiciones de ser utilizadas. Más del 80% de los cultivos fueron arrasados y casi el 78% de las tierras no son accesibles. "No es solo una pérdida de infraestructura, es el colapso completo del sistema agroalimentario de Gaza", advirtió Beth Bechdol, directora general adjunta de la FAO.
Mientras crece la presión internacional y circulan rumores sobre una nueva propuesta de alto el fuego, en el terreno la situación humanitaria no deja de deteriorarse. Naciones Unidas advierte que cada día que pasa sin una tregua duradera se traduce en más vidas perdidas y un daño irreversible sobre una generación entera.
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