TRABAJO
4 de abril de 2025
La UTA no se suma al paro del 10 de abril y garantiza el servicio de colectivos

El gremio de colectiveros confirmó que no interrumpirá el servicio el día de la huelga convocada por la CGT, en acatamiento a la conciliación obligatoria. La decisión debilita el impacto de la medida de fuerza nacional.
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) confirmó que el próximo 10 de abril prestará normalmente el servicio de colectivos, a pesar del paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT). La decisión representa un duro golpe a la contundencia esperada por la central obrera para esa jornada, dado que el transporte público, junto al ferroviario, es clave para garantizar el alcance de una medida de fuerza de magnitud.
El gremio que encabeza Roberto Fernández notificó a la “mesa chica” de la CGT que si bien adhiere simbólicamente al paro, no interrumpirá el servicio debido a la vigencia de la conciliación obligatoria dictada por el Gobierno nacional en el marco del conflicto paritario en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
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Desde el sindicato explicaron que sus asesores legales recomendaron no desoír la conciliación, pese a que fue dictada por un conflicto sectorial y no por la huelga general. Aclararon, además, que al tratarse de una organización con personería jurídica unificada para todo el país, no podían diferenciar entre regiones para adherir parcialmente a la medida.
La decisión también está atravesada por tensiones políticas. Desde la UTA manifestaron malestar por haberse enterado del paro nacional a través de los medios y no mediante una convocatoria formal por parte de la CGT. Además, señalaron su disconformidad con el hecho de que la central obrera haya cedido su sede para la realización de un congreso de organizaciones piqueteras, y que recién después de ese episodio se los haya convocado oficialmente.
En paralelo, el Gobierno libertario aprovechó la situación para presionar: hizo saber que si la UTA no acataba la conciliación obligatoria, se exponía a sanciones económicas y a posibles despidos, tanto el gremio como sus afiliados. El Ejecutivo también juega con una carta clave: el sistema de transporte público depende en gran medida de los subsidios estatales, ya que sólo un 10% de sus costos se cubren con el valor de los pasajes.
Así, el paro general del 10 de abril pierde una de sus principales columnas: el transporte urbano de pasajeros. La decisión de la UTA impacta directamente en la fuerza de la convocatoria y abre una nueva grieta entre los sectores sindicales alineados con la CGT.
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