EL RECOPILADOR
6 de marzo de 2025
Leyendas sobre “Los onas y los albatros”.

Historias cercanas.
Halladas a la vuelta de una esquina.
En las costas de Tierra del Fuego hay diferentes tipos de aves, entre ellas los albatros: con su característico pico ganchudo y largas alas, que mueven rítmicamente mientras sobrevuelan sobre el océano, hasta llegar al territorio continental.
Entre los onas se han repetido interesantes historias y leyendas. Contaban los ancianos que según decían sus abuelos, vivieron en esa isla muchísimos hombres buenos y también Taita, una mujer malvada y un shamán -un shon- muy poderoso, nombrado Kaper.
El Búho estaba siempre alerta porque él también tenía poderes y así fue como logró que se libraran de aquella mujer y después repartió las tierras, entregándole a Kaper una franja costera entre la actual Caleta Policarpo y Bahía Valentín, zona apta para cazar y pescar. Hasta ese lugar llegaban Hahake -una de sus mujeres y madre de un niño- y Karke, la otra esposa, sin hijos. Durante un invierno -a pesar de sus tan destacados poderes- el hombre se enfermó, no podía conseguir alimentos y empezó a debilitarse. Como Karke tenía menos obligaciones, le pidió que fuera a buscarle algún alimento, pero ella, haragana y egoísta, juntó escarabajos y se los llevó en una bolsa. Apenas él sintió ese olor nauseabundo, le pidió que los quemara.
Confió entonces en la otra mujer y así fue como Hahake ayudada por sus parientes consiguió carne de ballena. Separó allí una parte, mientras uno de sus hermanos le pedía a su hijo que hiciera juegos peligrosos porque evidentemente, quería comprobar si había heredado el poder de su padre. Ella temía que el niño tuviera algún accidente y apenas cortó lo necesario, volvieron para asarla y así todos podrían alimentarse.
En la mitad del recorrido, el tío decidió volverse porque no quería enfrentarse con Kaper que en ese momento, estaba afiebrado y dormía. La mujer intuía que su esposo desconfiaba de su hermano y ahora ya no dudaba de los sentimientos de ambos. Agregó más leña al fuego y asó la carne. Despertó a Kaper quien sobresaltado le contó su reciente sueño, reflejo de los últimos acontecimientos. En vano ella intentó convencerlo de que el tío y el sobrino estaban jugando. Como era costumbre, comieron sin hablar. Al día siguiente se sintió mejor y con su mujer salieron para buscar otras porciones de ballena.
Misteriosamente los dos se convirtieron en albatros: Kaper en un albatros errante -con 3,5 metros de envergadura (*)- y ella en un albatros oscuro -cuyo plumaje gris parduzco carece de blanco- y juntos se perdieron en alta mar.
Unos segundos antes, Kaper había logrado que Karke se transformara en un tero, ave pequeña acostumbrada a engaños, porque para desorientar grita lejos del nido.
-Nota: *Obsérvese el tamaño de esta ave, que sus alas desplegadas igualan a las del cóndor andino.
Fuente:
https://sepaargentina.com/2020/06/02/leyendas-en-el-crepusculo/# Toc86472514
Seguinos