El presidente Javier Milei anunció un ajuste adicional de 60 mil millones de dólares para las provincias durante la presentación del Presupuesto 2025 ante el Congreso, lo que desató una ola de críticas. La cifra fue rápidamente desmentida por su equipo económico, que convocó a los gobernadores a una reunión en la Casa Rosada para bajar el tono de la situación.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo, encabezaron el encuentro en el que se intentó desdramatizar las palabras del presidente. Según el presidente de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert, el recorte sería en realidad de 20 mil millones de dólares, una corrección que buscó calmar las aguas, pero que no evitó el descontento de los mandatarios provinciales.

Desde las provincias, la respuesta fue contundente. "Si el ajuste llega a ser de la magnitud que mencionó Milei, directamente nos funde", advirtieron gobernadores en diálogo con la prensa. La mayoría de las provincias, que aseguran no tener déficit fiscal, afirmaron que no pueden realizar más recortes sin afectar servicios esenciales como salud y seguridad.

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a través de su ministro de Gobierno, Carlos Bianco, rechazó tajantemente el ajuste. "En Buenos Aires no vamos a hacer el ajuste que pide", declaró Bianco, calificando la medida como "inútil e innecesaria". A su vez, Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, también criticó el anuncio de Milei y aseguró que la cifra es "grandilocuente y muy lejos de la realidad", afirmando que su provincia ya ha hecho suficientes esfuerzos.

En Casa Rosada, mientras tanto, se aclaró que no se modificará el Presupuesto enviado al Congreso, aunque se reconoció que varias "obras clave" fueron incluidas para ganar apoyo de algunos legisladores. A pesar de ello, persiste el descontento en las provincias, que insisten en que no hay margen para nuevos ajustes y que el gobierno nacional debe devolverles los fondos adeudados para mantener sus operaciones sin problemas.