En un contexto de peronismo fragmentado y en busca de liderazgos, Cristina Fernández de Kirchner emerge como figura central de la oposición, especialmente en contraposición al ascendente Javier Milei. Por segunda vez en pocos días, la ex mandataria lideró un evento en el Instituto Patria, esta vez con el propósito de cuestionar las políticas de ajuste del gobierno de Milei.

La primera de estas actividades tuvo lugar en un homenaje a mujeres históricas, con un público mayoritariamente femenino, mientras que la segunda tuvo como eje el 50 aniversario del asesinato del Padre Carlos Mugica junto a los Curas en Opción por los Pobres. En este último evento, Cristina Fernández de Kirchner, en un acto que combinó la memoria y la crítica política, enfatizó la importancia de no ceder ante las adversidades, comparando la crisis actual con la dictadura y buscando infundir un mensaje de esperanza.

La idea de incluir una imagen de la Virgen de Luján en el evento surgió del padre Juan Carlos Molina, quien conoce a la ex presidenta desde hace años y fue titular de la SEDRONAR durante su gobierno. Esta elección simbólica se integró con la atmósfera íntima del evento, que contrastaba con la multitudinaria participación de dirigentes y funcionarias en anteriores ocasiones.

En el marco de estas acciones, Cristina Fernández de Kirchner ha intensificado sus reuniones con dirigentes y gobernadores peronistas, evidenciando un interés en liderar la oposición al gobierno de Milei. Su estrategia apunta a concentrar la atención en las críticas a las políticas gubernamentales, especialmente en lo referente al ajuste y al debate sobre la Ley Bases.

Este movimiento de CFK hacia la centralidad opositora no solo busca enfrentar al gobierno de Milei, sino también recuperar legitimidad interna en el peronismo. Con la presidencia del Partido Justicialista vacante desde la licencia de Alberto Fernández, se espera que la próxima reunión del consejo nacional del PJ defina la fecha de las elecciones y la conformación de una mesa de acción política para enfrentar al gobierno de Milei. En este contexto, la ex presidenta busca reafirmar su liderazgo como principal figura opositora, pese a las críticas internas y los intentos por marginarla del poder.

En su discurso, Cristina Fernández de Kirchner hizo un llamado a la unidad y la acción política, destacando la importancia de la esperanza y la convicción en tiempos difíciles. Su mensaje final, haciendo referencia al himno nacional, resaltó la necesidad de combinar la libertad con la igualdad, subrayando valores fundamentales para el movimiento peronista.