El Senado aprobó un notable incremento en las dietas de los legisladores, que pasarán de 1.5 millones a 4.5 millones de pesos mensuales, en medio de tensiones y contradicciones entre diferentes facciones políticas y el contexto de ajuste impuesto por el gobierno de Javier Milei. La votación se realizó a mano alzada, lo que evitó un registro explícito de los votos, permitiendo cierto anonimato en la decisión. Este método de votación fue criticado, especialmente por el presidente, quien desde sus redes sociales destacó la oposición de los senadores de su partido, La Libertad Avanza, quienes fueron los únicos en votar en contra.

La vicepresidenta Victoria Villarruel, por su parte, se desmarcó de la votación declarando que no posee herramientas para detener el incremento, pese a las críticas y la presión pública. En este entorno de disputa política, figuras de la oposición y del oficialismo aparecen firmantes del proyecto, mostrando una alianza transversal en favor del aumento.

Este evento se produce justo un mes después de un intento fallido de aumento similar, que fue revocado por presión directa del presidente Milei, quien ha expresado reiteradamente su descontento con lo que considera excesos de la "casta" política. La situación se complica con la existencia de un video que muestra a algunos radicales no apoyando la medida, junto con pedidos formales de no recibir el aumento por parte de otros.

El aumento se formaliza mediante una resolución que ajusta las dietas a 13 anuales, incluyendo módulos adicionales por Gastos de Representación y Desarraigo, ajustados al salario de los empleados legislativos según la ley vigente. Este aumento llega en un momento de debate público intenso sobre la remuneración de los funcionarios y la percepción de la política en Argentina.