SOCIAL
31 de marzo de 2024
No está aquí, pues ha resucitado
¡Aleluya! El alba se alza sobre la tierra, y con ella, una luz eterna irrumpe en la oscuridad del sepulcro. "No está aquí", resonaron las palabras del ángel, "pues ha resucitado, como dijo".
En este amanecer de esperanza, el lugar que una vez albergó la mortalidad se convierte en el testigo silente de la victoria sobre el poder de la muerte. La tumba, símbolo de finalidad y desesperanza, ahora proclama la gloriosa verdad: ¡Él vive!
Así, invitamos a todos los corazones sedientos de certeza a que contemplen el vacío transformado, a que se acerquen y vean el sitio donde yació el Señor. No en la oscuridad del olvido, sino en la resplandeciente luz de la resurrección.
Que este mensaje de vida renovada sea el faro que guíe nuestros pasos, que nos recuerde que en cada sombra, en cada desafío, en cada cruz, la promesa de su resurrección resplandece con fuerza.
¡Él vive, y en su victoria encontramos nuestra esperanza!
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