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EL RECOPILADOR

17 de abril de 2023

La historia del Correo en el Río de la Plata (3ra. parte)

Cornetín de Postas, luego símbolo internacional del Correo.

Por: Francisco Álvarez (El Recopilador)

Historias cercanas.
Halladas a la vuelta de una esquina.

    Los Maestres de Postas, de alguna forma se transformaron en Pulperos, de ahí vienen las “Pulperías” –que es otro párrafo aparte- (Al ingresar a nuestro territorio una bebida mexicana de altísima gradación alcohólica, llamada “pulque”, se le denominó pulquero al comerciante que la vendía, y por deformación del idioma y adaptación a nuestro modo de decir, el pulquero se transformó en “PULPERO”, y que finalmente vendía cualquier tipo de aguardiente).

     Y las Pulperías originaron las poblaciones, al convertirse estas en centros de abastecimiento comercial (PULPERÍA Y ALMACEN DE RAMOS GENERALES). La gente va agrupándose a su alrededor, creciendo así desde pequeños poblados, hasta importantísimas ciudades de nuestro interior.

Una vieja pulpería de alguna esquina de campo.

     También en la Provincia de Buenos Aires, y particularmente en Córdoba y Santa Fe

–la línea de Fortines- y todo eso que fue la defensa contra el indio, como por ejemplo: “El Fuerte de Azul”, “Fuerte del Bragado”,... y muchas otras poblaciones de la línea de “la zanja de Alsina”, que originadas en “Fuertes” pasaron a ser luego poblaciones estables y que con el avance de la inmigración y colonización foránea, cubrieron totalmente nuestro oeste pampeano. Al culminar la famosa expedición de Roca que terminó con el indio, se estima que las poblaciones se estabilizaron.

    Entonces, las Postas simplemente eran puntos de contacto, de enlaces a través de rutas que habían sido comprobadas, como posibles, desde la época de los conquistadores que vinieron acá en busca del oro y la plata, de la famosa Ciudad del Dorado de la leyenda., y que de alguna manera no estaban tan desacertados, porque las minas de Fátima, por un lado y el Farallón Negro por el otro, resultaron ser una de las riquezas más grandes sin explotar en nuestro país, fundamentalmente las de Farallón Negro –entre Catamarca y Tucumán-; Así que, El Dorado no fue tan leyenda, lo que sencillamente pasó, es que siguieron de largo y no la vieron, o no la pudieron ver porque no tenían forma de encontrarla.

La ciudad del Dorado, que no vieron,
pero contenedoras de grandes riquezas.

    Pero esas rutas que llevaron hacia el norte, que después van fundando ciudades, son unidas a través de una cadena minuciosa de postas, que tienen como servicio dar el camino de unión entre esas ciudades.

     Esto fue, hacia el Norte, y hacia la Provincia de Buenos Aires, en todas las poblaciones que en aquella época –siglos XVIII y XIX- permitía el indio, que por otra parte era el soberano del territorio inexplorado; creciendo perfectamente limitado a lo que es el dominio del blanco. Esa es la ruta que va, desde Buenos Aires a Santa Fe, luego hacia el Rosario –y se crea Rosario-, de Rosario y de Santa Fe a Córdoba, y de Santa Fe hacia la Mesopotamia, Paraná –en frente- y Entre Ríos-Corrientes, pasando después a Paraguay, terminando allí en Asunción.

    En todos los casos, el dato concreto es este: Hay una cantidad de Postas que permiten unir pequeñas o lejanas distancias, según el terreno, donde los viajeros podían pernoctar.

    ¿Uds. pueden imaginar lo que podía ser el viaje de aquí a Salta, en cuanto tiempo se hacía?

     Si calculan que un caballo, un jinete, puede recorrer 25 km. en medio día –un viaje de Congreso a Laferrere, hoy-... hagan los planos y verán cuantos días llevaba a un caballista en arribar a un punto tan alejado.

    Sin embargo, existen ciertas referencias muy interesantes, por ejemplo: “El parte de la batalla de Maipú, llegó a Buenos Aires en 17 días de correísta militar. Pero, dos días antes el correo del servicio ordinario ya había llegado a Buenos Aires con la novedad, y en ambos casos tuvieron que hacer el cruce de la cordillera -que no era cosa nada fácil en esa época- Lo que es decir qué, aunque precario, el correo andaba más que muy bien.

Correísta o chasqui de rápida correspondencia.

     De ese modo marca que, entre Valparaíso y Buenos Aires se tardaba 15 días en venir, incluyendo el descanso y alimentación del correista y otros 15 días para regresar. Algo más de un mes entre ida y vuelta, que es lo que tardaba la correspondencia. (Si calculamos unos 1400 km. de viaje en 15 días, resultaría a un promedio de unos 140  km. por día, a razón de 10 días de cabalgata ininterrumpida y descansos nocturnos de 8 hs., que acumulando 120 hs. incluirían los 5 días restantes).

      Esos viajes fueron muy contados por los viajeros ingleses. Los ingleses y los norteamericanos, tenían la sabia costumbre de viajar por todo el mundo conociendo; 

 --por otra parte era una costumbre muy inglesa- y periodistas, como eran naturalmente los muchos hijos de la burguesía, tenían una alternativa que era conocer el mundo, cosa que ocurre en países que tienen siempre la riqueza en sus manos.  Los ingleses eran viajeros incansables, tenían medios económicos para hacerlo y además contaban con excelentes medios de transporte, porque los ingleses tuvieron siempre la mejor flota, hasta que fue la Segunda Guerra Mundial (1939- 1944). La inglesa fue la flota que siempre nos sirvió, nos abasteció y transportó las mercaderías durante todo el siglo XIX.

    Los ingleses han dejado testimonios muy interesantes y hacen un comentario sumamente descriptivo, que en la Posta han hallado siempre: “algún numeroso grupo de chicos llorones, algunas gallinas para comer, un quincho, ginebra para tomar y siempre asado”.  -Y siempre asado- es evidente, ¿Qué podía hacerse en medio del campo?  -Continuará en la próxima entrega-

 

(*) Fuente: Recopilación del Prof. Roberto Guillaume.
Imágenes de internet, créditos a quienes correspondan.

 

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