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EL RECOPILADOR

21 de marzo de 2022

1902: La sutil fusión del FFCC Central Argentino con el FFCC Buenos Aires y Rosario.

Ambos ferrocarriles ocupaban el mismo espacio
físico que hoy ocupa la Estación Retiro del FFCC Gral. Mitre.

Las empresas ferroviarias de capitales británicos siempre se caracterizaron por  (sus modus operandi?) manejos económicos que “siempre les resultase más que favorable en todo sentido”, presionando, envolviendo o incluso recompensando, a las más altas autoridades del gobierno nacional.

El FFCC Central Argentino, de origen rosarino, era una de las principales y  más antiguas empresas ferroviarias del país, inaugurada en 1866 y que rápidamente había logrado expandir sus rieles desde Rosario hacia todo el norte del territorio nacional, comprando líneas o construyendo ramales propios.

La otra empresa, de origen porteño, había nacido en 1876 para llegar de Buenos Aires a Campana y combinar desde allí con barco hacia Rosario. Consiguiendo, años más tarde, en 1885 llegar con sus rieles a Rosario, cambiando allí su nombre pasando a denominarse ‘‘Buenos Aires y Rosario’’ estableciendo sus terminales en Retiro y en Rosario Norte respectivamente, donde desde esta última también había extendido ramales a las provincias del norte argentino, llegando a tener muchísimos más kilómetros que su rival, acentuando aún más la competencia entre estos dos ferrocarriles.

Estación terminal Rosario Norte. Los trenes a Córdoba y 
Tucumán entraban por aquí y por la cola del tren enganchaba 
otra locomotora que, en modo inverso, continuaba el viaje.

 

Los directorios de ambas empresas entendían que esta competencia no podía acarrear más que resultados ruinosos, por lo que en 1902 determinan llevar a cabo una fusión de las redes, haciéndose cargo el “Buenos Aires y Rosario” de la explotación, eliminándose de esta manera el “Central Argentino”. 

Sin embargo el Presidente y el Secretario del Directorio de la nueva empresa siguieron siendo los del antiguo Central Argentino  (…)  acordando que comercialmente convenía que el nuevo ferrocarril adoptara en su conjunto el nombre CENTRAL ARGENTINO,  más apropiado que Buenos Aires y Rosario, ya que sus vías se extendían desde la Capital Federal hacia ‘‘el centro del país’’, hasta Córdoba y Tucumán.

De todas formas, y no obstante la resistencia de los diputados que pretendían evitar la operación fraudulenta, la compra-venta, o fusión, como se la denominó más tarde, se aprobó por la ley 6062 de 1908, concediendo a la nueva compañía los mismos privilegios, ya establecidos en la ley general de ferrocarriles 5315, conocida como “Ley Mitre”, es decir, exención de todo tipo de cargas por aduanas o impuestos (por 40 años). (Los ingleses no aportaban un centavo al país)

El nuevo F.C.C.A. se atribuyó a sí mismo, según su Memoria Anual del 30 de junio de 1908, un “capital invertido en Argentina” de 152.828.911 pesos y una extensión de vías de 3.876 kilómetros.

-Pero, qué había detrás de un presunto fraude
en la concreción de dicha operación? 
Hete aquí la sutil picardía británica:

-Si bien los ingresos de ambas empresas les resultaban suculentos, en ningún momento contribuyeron con un solo centavo al crecimiento del país, ya que estaban exentas por 40 años, al pago de toda clase de tasas o impuestos, lo que estaba fijado en el contrato de 1863, que vencía en 1903,  por lo tanto, a partir del 19 de marzo de 1903, el CENTRAL ARGENTINO debía comenzar a abonar dichas obligaciones impositivas. 

Ante dicha situación, los administradores británicos diseñaron la falsa operación de compra-venta, por la cual el CENTRAL ARGENTINO es vendido a la otra compañía inglesa, FERROCARRIL BUENOS AIRES A ROSARIO, la que también unía ambas ciudades. 

-El convenio de compra-venta se firmó en Londres el 10 de abril de 1902, siendo el representante de ambas compañías una misma persona, Frank Parish;  y el representante local de ambas compañías también otra misma persona, William White. Tras la habilidosa operación, ambas evadían los pagos de impuestos. 
La vendedora porque dejaba de existir en 1902  y ya no pagaría a partir de 1903. Y la compradora, porque como “nueva empresa” recién pagaría dentro de otros 40 años más adelante, para 1943. 

 Y si bien el nuevo dueño era el Ferrocarril Buenos Aires y Rosario, mediante una argucia le impusieron el nombre de ‘‘FERROCARRIL CENTRAL ARGENTINO’’, (como, hoy diríamos una cuestión de ‘‘marketing’’…)  pero lo más probable, quizá dejando abierta una puertita para alguna posible futura acostumbrada intriga…(?)

Estación Retiro producto de la fusión, ya bajo el nombre de
FFCC CENTRAL ARGENTINO

 

Francisco Álvarez

Fuentes:  Archivo de El Recopilador.
Fotos tomadas de internet, créditos a quienes correspondan.
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