COCINA PARA TODOS
27 de diciembre de 2025
Pasta gratinada con queso y jamón: el clásico irresistible que siempre reconforta

Cremosa por dentro, dorada por fuera y cargada de sabor, esta receta combina sencillez y placer en un plato infalible para toda la familia.
Historia del plato
La pasta gratinada con queso y jamón es una receta que surge de la fusión entre la tradición italiana de la pasta y la técnica francesa del gratinado. Aunque no pertenece a una región específica, se consolidó en la cocina hogareña europea durante el siglo XX, cuando los hornos domésticos comenzaron a ser habituales y el queso gratinado se convirtió en sinónimo de comida reconfortante.
Italia aportó la base: la pasta cocida al dente y las salsas cremosas. Francia, por su parte, legó la técnica del gratin, que consiste en dorar la superficie del plato con queso o bechamel hasta lograr una costra crujiente. El jamón, ingrediente accesible y sabroso, terminó de completar una combinación ganadora.
Con el tiempo, la receta se expandió por todo el mundo y encontró un lugar especial en la cocina argentina, donde se convirtió en un plato frecuente de almuerzos familiares, bodegones y menús escolares. Económica, rendidora y adaptable, la pasta gratinada con queso y jamón demuestra que los platos simples pueden ser los más memorables.
Ingredientes (4 porciones)
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500 g de pasta corta (tirabuzones, penne o moñitos)
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200 g de jamón cocido, cortado en tiras o cubos
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250 g de queso (cremoso, mozzarella o mezcla con queso rallado)
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50 g de manteca
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50 g de harina
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500 ml de leche
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Sal y pimienta a gusto
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Nuez moscada (opcional)
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Queso rallado para gratinar
Preparación
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Cocinar la pasta en abundante agua con sal hasta que esté al dente. Escurrir y reservar.
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Preparar una salsa blanca: derretir la manteca en una olla, agregar la harina y cocinar un minuto sin que tome color.
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Incorporar la leche caliente de a poco, mezclando constantemente hasta obtener una salsa lisa y espesa.
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Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada.
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Agregar el jamón y parte del queso a la salsa blanca, mezclando hasta que se funda.
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Incorporar la pasta cocida y mezclar bien.
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Volcar la preparación en una fuente apta para horno, cubrir con el resto del queso y espolvorear con queso rallado.
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Llevar a horno fuerte (200 °C) hasta que la superficie esté bien dorada y gratinada.
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Retirar, dejar reposar unos minutos y servir caliente.
Un plato que nunca falla
Ideal para reuniones familiares, comidas rápidas o días de frío, la pasta gratinada con queso y jamón es un clásico atemporal que combina textura, sabor y ese toque dorado que invita a repetir.










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