En un encuentro que captó la atención mundial, Donald Trump y Xi Jinping se reunieron en Corea del Sur y avanzaron en una tregua dentro de la prolongada guerra comercial entre Estados Unidos y China. La reunión bilateral, realizada en la Base Aérea de Gimhae durante el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), se extendió por más de una hora y media y dejó una serie de compromisos económicos y diplomáticos entre ambas potencias.

Trump anunció que su gobierno reducirá del 57 al 47 por ciento los aranceles generales aplicados a los productos chinos y del 20 al 10 por ciento los vinculados al fentanilo, la sustancia central en la crisis de opioides en Estados Unidos. Según el republicano, China “está tomando medidas muy enérgicas contra el tráfico de fentanilo” y se mostró optimista con los resultados. “Fue un gran éxito”, declaró ante la prensa.

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Por su parte, Xi Jinping confirmó que China suspenderá durante un año las restricciones a la exportación de tierras raras, esenciales para la producción de computadoras, teléfonos, misiles e insumos médicos. El Ministerio de Comercio chino comunicó la decisión pocas horas después de la cumbre y aseguró que se “estudiarán planes específicos” para regular de manera más estable el suministro de estos recursos, de los que China controla más del 80% del mercado global.

El líder chino destacó que “los equipos económicos y comerciales de ambos países alcanzaron consensos para solucionar los problemas que provoca la guerra comercial” y abogó por “construir una base sólida para las relaciones bilaterales”. Trump, entusiasmado, anunció que viajará a Beijing en abril de 2026 y que Xi realizará luego una visita a Estados Unidos.

Otro punto clave del acuerdo fue la reanudación de las compras chinas de soja y otros productos agrícolas estadounidenses, un gesto que busca aliviar la crisis de los productores rurales del país norteamericano, golpeados por la disputa comercial. “Se van a comprar enormes cantidades de soja y productos agrícolas de forma inmediata”, aseguró Trump, enviando un mensaje de calma a su base electoral.

A pesar de los gestos de acercamiento, la reunión no dejó una declaración conjunta ni avances concretos sobre las restricciones estadounidenses a la exportación de chips. Los mercados asiáticos reaccionaron con cautela, registrando leves caídas ante la incertidumbre sobre la duración de la tregua.

Trump calificó la reunión como “increíble” y la evaluó como “un 12 sobre 10”, mientras que Xi señaló que “China y Estados Unidos deben ser socios y amigos”. Sin embargo, la falta de definiciones firmes mantiene la incógnita de si se trata de un acuerdo temporal o el inicio de un proceso más profundo hacia la normalización comercial entre las dos mayores economías del mundo.