POLíTICA
25 de octubre de 2025
El nuevo canciller Pablo Quirno: otro ex JP Morgan en el gabinete de Milei en medio de la privatización de Nucleoeléctrica

La designación de Pablo Quirno, un economista sin experiencia diplomática pero con 17 años en el JP Morgan, refuerza la injerencia financiera de Estados Unidos en el Gobierno argentino. En paralelo, Milei decretó la privatización de Nucleoeléctrica.
La llegada de Pablo Quirno al Ministerio de Relaciones Exteriores marcó un nuevo paso en la consolidación de un gabinete estrechamente vinculado al JP Morgan, el poderoso fondo de inversión estadounidense. Economista de perfil técnico y sin trayectoria diplomática, Quirno trabajó casi dos décadas en la entidad financiera dirigida por Jamie Dimon, quien en los últimos meses ratificó el interés estratégico de su institución en el control de recursos clave como el litio y el uranio.
El contexto internacional muestra una feroz disputa entre potencias por el dominio de la tecnología de baterías, los semiconductores y las nuevas fuentes de energía. En ese marco, Argentina aparece como una pieza atractiva por su capacidad de producción de litio y uranio, además de su desarrollo nuclear propio. Según The Wall Street Journal, el apoyo de Estados Unidos al Gobierno de Javier Milei se vincula con la búsqueda de fuentes seguras de aprovisionamiento de uranio, insumo que Rusia dejará de vender a Washington a partir de 2026.
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Dimon presentó recientemente el plan Security and Resiliency Initiative, un programa global del JP Morgan que asocia sus inversiones con los intereses estratégicos de la seguridad nacional estadounidense. “Estados Unidos se ha vuelto demasiado dependiente de fuentes poco fiables de minerales y productos esenciales”, declaró el directivo, en clara referencia a países como China y Rusia.
La designación de Quirno, sumada a la presencia de otros ex JP Morgan en áreas clave del Gobierno —como el ministro de Economía, Luis “Totó” Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili—, consolidó el perfil financiero del equipo económico y despertó alertas sobre el nivel de influencia extranjera en decisiones de alto impacto.
En ese contexto, el Ejecutivo dispuso por decreto la privatización de Nucleoeléctrica Argentina S.A., la empresa estatal que opera las tres centrales nucleares del país: Atucha I, Atucha II y Embalse. La medida se da mientras el sector nuclear sufre recortes presupuestarios, el freno del desarrollo del reactor CAREM-25 y despidos en la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Desde la oposición, el bloque de Fuerza Patria impulsó un proyecto para declarar la industria nuclear como “de interés estratégico” e impedir su privatización, pero el tratamiento legislativo fracasó por la ausencia de sectores dialoguistas y del grupo Provincias Unidas.
El desembarco de Quirno se produjo pocos días después de un evento del JP Morgan en Buenos Aires, encabezado por Dimon y con la participación de Tony Blair y Condoleezza Rice, figuras cercanas al establishment financiero global. Allí también participaron Caputo y el presidente Milei.
Con la mira puesta en los recursos naturales argentinos y en medio de una negociación financiera crítica, la designación del nuevo canciller revela la creciente dependencia del Gobierno de Milei de los intereses del capital extranjero, en un tablero donde la política energética y la soberanía nacional vuelven a estar en juego.










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