POLíTICA
1 de diciembre de 2025
El PRO, en pleno caos: peleas internas, antivacunas y un liderazgo que no aparece

El partido atraviesa su mayor crisis desde su creación: sin conducción clara, con fugas hacia La Libertad Avanza y enredado en un escándalo antivacunas que obligó a sus dirigentes a salir a despegarse de su propia diputada.
El PRO quedó atrapado en una crisis que se venía gestando desde las elecciones de octubre y que hoy estalló en todas sus formas: fracturas internas, dudas sobre su futuro político y una discusión inesperada sobre vacunas que expuso la falta de conducción. En el centro del temblor, el dilema que divide al partido: seguir orbitando alrededor de La Libertad Avanza o salir a reconstruir una identidad propia antes de que sea demasiado tarde.
Mauricio Macri y María Eugenia Vidal encabezan el sector que advierte sobre el riesgo de diluirse bajo la influencia libertaria. “Ya se terminó el tiempo de pintarse de violeta”, dijo Vidal hace unos días. Pero no todos en el bloque pensaban igual. La diputada María Inés Quiróz, en una de sus últimas intervenciones antes de dejar la banca, protagonizó un show antivacunas que detonó un terremoto interno. Su discurso fue tan explosivo que obligó al partido a emitir un comunicado oficial ratificando su apoyo a la ciencia y a las campañas de vacunación.
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El episodio dejó expuesto el vacío de liderazgo. Sin una figura ordenadora como la que supo ser Marcos Peña o incluso el propio Macri en sus mejores épocas, el PRO se mueve a los tumbos mientras La Libertad Avanza canibaliza cuadros y posicionamiento político. En medio de ese drenaje, Macri y Vidal actuaron para frenar el éxodo de dirigentes que Patricia Bullrich impulsó abiertamente tras las elecciones.
En la última reunión partidaria, con discusiones tensas y la tercera intervención del PRO Córdoba, se decidió que no habrá interbloque con los libertarios en Diputados. Vidal lo explicó luego: acompañarán los proyectos necesarios, pero sin pintarse de violeta ni actuar automáticamente, como pretendía Karina Milei. A cambio, esperan reciprocidad en espacios clave como la Legislatura porteña, donde Jorge Macri logró aprobar con dificultad el Presupuesto 2026.
Vidal también dejó en claro que la reconstrucción del partido mira hacia 2027. El objetivo es armar una opción propia, tras un año de repetidos zigzagueos entre confrontar a Milei —con resultados desastrosos— o entregarse a sus listas. Pero el caso Quiróz volvió a tensar la situación.
La diputada obligó al partido a aclarar lo obvio: “En el PRO creemos en la ciencia”, dijeron en un comunicado en el que reivindicaron la vacunación como política histórica. Dirigentes como Cristian Ritondo y Martín Yeza reforzaron el mensaje público, alertando sobre los peligros del movimiento antivacunas y el retroceso sanitario que implican estas posturas.
El PRO busca recuperar una identidad más cercana a la “derecha seria”, diferenciándose del show parlamentario del sector libertario. Pero los episodios recientes dinamitaron ese plan. En paralelo, la gran incógnita sigue siendo Mauricio Macri. Tras mostrarse disponible para colaborar con Milei, el desplante del presidente —que incluyó dejarlo esperando solo frente a un plato de milanesas y luego avisarle por WhatsApp cambios en el Gabinete— lo dejó “decepcionado”. En la última reunión partidaria, cuentan que habló poco y sin ganas.
¿Qué hará Macri? ¿Volverá a ponerse al frente del partido o elegirá tomar distancia? Si él no ocupa ese rol, crece la figura de Vidal como posible jefa partidaria.
Una dirigente del bloque lo sintetizó con crudeza: “Seremos menos, pero de fierro. Lo que queda no lo pudieron comprar”.
La reconstrucción —o la implosión— del PRO se jugará en los próximos meses. Pero el caos actual ya dejó una certeza: el partido está obligado a redefinirse si quiere llegar vivo a 2027.










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