SOCIAL
4 de agosto de 2025
La Marioneta

En una semana donde se dieron a conocer los patrimonios de los funcionarios que, en un año y medio, se duplicaron, triplicaron —en el caso de Toto Caputo se quintuplicaron—, el presidente Milei bajó las retenciones al campo (exactamente en el mismo valor que las dejó su antecesor Alberto Fernández), vetó el aumento a los jubilados y la emergencia a la discapacidad. Claramente, Milei gobierna para los que más tienen, por si había alguna duda.
Seguirán aumentando los servicios, casi de una forma confiscatoria no coincidente con la baja inflación que solo contiene productos básicos, sin tomar en cuenta los magros salarios planchados desde finales de 2023 y con miles de desocupados del Estado y privados desde entonces.
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El dólar se disparó tanto que el ministro de Economía salió a explicar el salto del dólar con “el riesgo Kuka”. Ciertamente, un jugador de mesa de dinero con plata ajena debe apelar a conspiraciones políticas, ya que, frente al mercado, una vez más demostró que su política económica estatista se direcciona inevitablemente a fundir al país.
Sin embargo, el lunes el Tesoro de EE. UU. desenvuelve un nuevo préstamo para Milei (no para Argentina), sin duda alguna porque el mismo Trump coloca a Milei como un activo para el norte.
Hace tiempo —sino desde el principio— este mandatario solo es una marioneta entreguista (Camino a la Antártida, Estrecho de Magallanes), beneficios como el agua para las mineras, tratando de eliminar la ley de derecho de las personas, el agua, recursos naturales...
Lo que no se entrega a EE. UU. se direcciona a Israel, incluso poniendo en peligro a la sociedad.
El 60% de los argentinos no puede sostener sus necesidades básicas mensuales; un 15% solamente puede ahorrar. Ante esta realidad, el humor de los argentinos se exaspera. Esta semana se esperan varias marchas: la educación y la ciencia por la devastación del presupuesto, los salarios debajo del margen de indigencia, y deconstruyendo la temporalidad de los procesos por ir detrás de la coyuntura electoralista.
Pero si algo faltara, salió a la luz un video que promete tener varios capítulos, de un ministro de Justicia (del que ya he hablado en distintas notas) haciendo lo que más lo personifica: el lobby.
Nada más y nada menos que con el mencionado este año varias veces Tim Ballard, un oscuro sujeto, dícese ex agente de la CIA devenido en el Robin Hood de la trata y pedofilia, pero claro, con sustento de empresarios con abultadas donaciones para cada operación con la condición de ver, casi como en la première de una película, “el rescate” supuesto.
Todo un bluff. Ballard armaba todo este supuesto rescate con todos los condimentos: niños, proxenetas, mujeres esclavizadas, islas donde se armaba toda la promiscuidad, y finalmente 23 denuncias de abuso hacia este amigo de Trump y del ultraderechista Verástegui, productor de la película Sonidos de Silencio, candidato a presidente de México, convertido en conservador al extremo con admiración por el nazismo.
En los 90 era un joven actor y partícipe de un grupo musical de poca monta, seguido por la comunidad homosexual a la que pertenecía y que, luego de una reconversión espiritual y años de celibato, dice haberse “curado”.
En todo este embrollo está desplegando su expertise Mariano Cúneo Libarona, prometiendo a Ballard reuniones con jueces, llegada a los medios, incluso leyes y apoyo de diputados.
El ministro Cúneo Libarona, que aún sigue en su cargo después de este escándalo, y con el que estamos obligados a hacer memoria —por los más jóvenes que quizás no saben— fue abogado de “Mameluco” Villalba (narco de zona norte), Amira Yoma en el caso Yomagate, Mario Segovia (caso “rey de la efedrina”), el ex intendente PRO Mario Varisco (conexión con narcos), Dr. Mateo Corbo (acusado de lavado de activos, narco colombiano), y la exmujer de Pablo Escobar, a la que encontraron con un ladrillo de cocaína, a la que el actual ministro le habría dicho: “Si me das tanta guita, te lo hago desaparecer”.
También defendió a los jueces de Lago Escondido, al condenado por abuso sexual Alperovich y estuvo preso 40 días por extorsión en el caso AMIA.
Y podría seguir escribiendo, pero lo que acontece es que este señor es aún nuestro ministro de Justicia.
En medio de todo esto, el presidente va al streaming de su amigo periodista Alejandro Fantino, en horas nocturnas, donde irónicamente culpa de la corrida bancaria a su vicepresidenta, regala sobrenombres estilo bochorno como suele hacer y suma al ministro de Economía y sus funcionarios a hacer un acting con el conductor radial, gritando cual estudiantina.
Lo más preocupante: que, siendo pasada la madrugada, le alcanzan un decreto que firma en vivo sin leer, para luego ponerse a jugar haciendo voces con una marioneta que le traen desde la producción.
Un episodio más dantesco de este personaje y su gobierno, que por suerte midió muchísimo menos que una exploración a las profundidades del mar realizada por el CONICET, que él desfinancia.
Queda subyacente una pregunta: de los dos —hombre y muñeco—, ¿cuál es la marioneta?
Carla Echichure Castro
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