Luego de intensas negociaciones, el Partido Justicialista bonaerense definió este sábado en Merlo la mesa de unidad que se encargará de diseñar el frente electoral de cara a los comicios del 7 de septiembre. La conducción quedó en manos de Máximo Kirchner, acompañado por Mariel Fernández, Federico Otermín, Verónica Magario y Gabriel Katopodis, en representación de las principales tribus del peronismo.

La resolución, aprobada en el congreso partidario realizado en el Teatro Municipal, establece que el presidente del PJ junto a al menos dos integrantes de esa mesa quedarán facultados para avanzar en la conformación de la alianza electoral. El objetivo es garantizar un equilibrio entre sectores, en especial frente al reclamo del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que exigía participación plena y reglas claras antes del cierre de listas previsto para el 19 de julio.

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El acuerdo político se alcanzó durante un desayuno previo entre intendentes y referentes, entre ellos Gustavo Menéndez, Fernando Espinoza y Julio Alak, donde se discutieron los alcances de la delegación de facultades y se ratificó la estrategia de consensos cruzados para evitar desequilibrios internos.

Además, el congreso resolvió darle volumen a la campaña “Argentina con Cristina”, que exige la liberación de la expresidenta, detenida por una causa federal, y de la dirigente Eva Mieri, arrestada tras el escrache al diputado José Luis Espert. “No vamos a permitir que avancen sobre los derechos que nuestro pueblo conquistó con tanto esfuerzo”, advirtió Kirchner en un comunicado emitido tras el encuentro.

Aunque persisten las tensiones, todos los sectores se mostraron dispuestos a avanzar en la unidad. En paralelo, se celebraron los congresos de Unidad Popular y el Frente Grande, dos fuerzas afines al gobernador Axel Kicillof, que mantiene abierto un eventual plan B en caso de que las negociaciones fracasen.

El plazo final para la inscripción de alianzas vence el próximo martes 9 de julio. Recién entonces se sabrá si el peronismo bonaerense logró sintetizar su estrategia electoral o si se fragmenta en dos proyectos con distinto liderazgo. Hasta entonces, las conversaciones continúan a contrarreloj.