El Hospital Garrahan atraviesa una crisis profunda. En las últimas semanas, se aceleró la renuncia de profesionales clave, mientras el Gobierno de Javier Milei avanzó con una reforma del sistema de residencias que, según denuncian, precariza aún más las condiciones laborales del personal médico. “La situación es de gravedad. En realidad, está peor”, afirmó Mauro García, coordinador médico de la Unidad de Cuidados Intensivos.

García, con 27 años de trayectoria en el Garrahan, advirtió que en solo 15 días se fueron 14 profesionales. “Nunca vi semejante situación en la administración del hospital”, dijo, y apuntó directamente a la reforma del estatuto de residentes, que los transforma en becarios sin aportes ni obra social. “Es un retroceso infernal. Lo que buscan es destruir la salud pública”, sentenció.

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Pedro Zubizarreta, jefe del Servicio de Hematología y Oncología, coincidió en el diagnóstico: “Pretenden dejar de considerar a la residencia como un trabajo y convertirla en una beca”. En ese marco, denunció que la medida degrada la calidad del hospital y provoca una sangría de profesionales por los bajos salarios. “Ver al Garrahan en riesgo de destrucción es doloroso”, expresó.

La diputada nacional Marcela Campagnoli también cuestionó la decisión del Ejecutivo. “Están vaciando al mejor hospital de la Argentina. Lo que se publicó hoy en el Boletín Oficial implica una precarización total”, advirtió, y aseguró que el nuevo esquema obliga a los residentes a optar entre perder derechos o asumir un cargo sin estabilidad.

Mientras crecen las críticas y el personal médico alerta por la “destrucción de una empresa colectiva”, el Gobierno sostiene su política de ajuste sobre el sistema de salud, en un contexto de tensión creciente y descontento entre los trabajadores.