Los trabajadores del Hospital Garrahan confirmaron un paro de 48 horas que comenzará este martes, ante la falta de recomposición salarial por parte del Gobierno nacional. La medida de fuerza, que contará con alto acatamiento entre el personal de planta, incluirá además una movilización al Congreso el miércoles a las 11 de la mañana.

Desde la Junta Interna de ATE del hospital, el secretario general Alejandro Lipcovich denunció: “El gobierno pretendió cerrar el conflicto con su extorsión a residentes, que suspendieron sus medidas tras la gravísima amenaza de despidos. Lejos de calmar el conflicto, lo profundizó. La semana pasada los paros fueron masivos, y ahora vamos por 48 horas”.

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Los trabajadores exigieron una recomposición urgente de todos los salarios básicos y rechazaron el bono ofrecido exclusivamente a residentes, al que calificaron de “insuficiente y parcial”. Además, cuestionaron la falta de propuestas concretas durante la última audiencia en el marco de la conciliación obligatoria: “Nos fuimos con las manos vacías”, lamentó la bioquímica Carolina Goedelman, jefa de clínica del sector de Hematología.

La profesional relató también las amenazas que recibieron los médicos residentes para levantar las medidas de fuerza. “Les dijeron que estaban los telegramas de despido listos para ser enviados si no levantaban el paro. Eso es una amenaza”, remarcó.

El miércoles, además del paro, los trabajadores se movilizarán al Congreso en coincidencia con una nueva audiencia en la Secretaría de Trabajo. Desde allí, planean marchar hacia Plaza de Mayo, en reclamo de respuestas concretas por parte del Ejecutivo y del Ministerio de Salud, a quienes acusan de ausentarse del conflicto.

“La situación es insostenible. Si esto sigue así, vamos a empezar a ver una fuga de profesionales altamente capacitados que no pueden sostenerse con salarios de miseria”, advirtieron desde la Comisión Directiva de la Asociación de Profesionales y Técnicos del hospital.

En medio de un contexto sanitario complejo y con la salud pública en la mira, el conflicto en el Garrahan se suma a una serie de reclamos que interpelan al Gobierno nacional en su política de ajuste y desinversión.