El Ministerio de Salud de la Nación oficializó el despido de 110 trabajadores del Hospital Posadas, a quienes calificó como “ñoquis”, en el marco de una auditoría interna. La medida se conoció en medio del conflicto por los recortes en el sector, que ya había generado la renuncia del director del centro sanitario y reclamos por mejoras salariales. El Gobierno aseguró que con esta decisión busca “invertir en quienes sí ponen el cuerpo todos los días” y advirtió: “Vamos a seguir limpiando el sistema, sin miedo y sin pausas”.

Según denunció el personal del hospital, los despidos se comunicaron sin instancia previa de diálogo, a pesar de que se habían presentado dos notas solicitando una revisión de la situación. Además, indicaron que se había prometido un bono no remunerativo para residentes, en una estrategia similar a la implementada en el Hospital Garrahan, pero la propuesta quedó sin efecto tras la renuncia del director.

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En el mismo comunicado, la cartera de salud apuntó contra los trabajadores del Garrahan y confirmó que se descontarán los días a quienes participaron de medidas de fuerza impulsadas por ATE. “El gremio eligió violar la ley y perjudicar a los pacientes”, afirmaron, al tiempo que solicitaron el levantamiento de la conciliación obligatoria dictada en ese hospital.

Durante la audiencia convocada por la Secretaría de Trabajo para intentar destrabar el conflicto, no se presentaron representantes del Gobierno ni del Consejo de Administración. En paralelo, se informó la salida de Soraya El Kik de la presidencia del cuerpo directivo del Garrahan. “El gobierno de Milei y el Consejo de Administración volvieron a echar nafta al fuego del grave conflicto”, señaló Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna de ATE.

Gremios y trabajadores definieron una jornada de paro con movilización en respaldo al reclamo por mejoras salariales y en repudio a los despidos. Desde ATE remarcaron que la situación evidencia un “desprecio por el diálogo” y una “ofensiva directa contra la salud pública”.