El papa Francisco, de 88 años, continúa internado en el hospital Gemelli de Roma por una neumonía bilateral. Según el último parte médico difundido por el Vaticano, el estado de salud del Sumo Pontífice muestra una “leve mejoría”, aunque el pronóstico se mantiene reservado debido a la complejidad del cuadro clínico.

El comunicado oficial, emitido a las 18.30 (hora italiana), detalla que “las condiciones clínicas del Santo Padre muestran una ligera mejoría” y que no se registraron nuevos episodios de crisis respiratorias asmáticas. En cuanto a la insuficiencia renal detectada el domingo, se aclaró que es “leve” y “no es motivo de preocupación”. Sin embargo, el Vaticano advirtió que la evolución sigue siendo monitoreada de cerca.

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Más temprano, la Santa Sede informó que el Papa había pasado una buena noche y presentaba mejores valores sanguíneos. “La noche transcurrió bien, el Papa durmió y ahora descansa”, indicó el reporte. “El Santo Padre está vigilante, se le sigue administrando oxígeno, los valores sanguíneos mejoran gracias a las transfusiones, hay insuficiencia renal inicial y leve”, precisó el comunicado difundido a través de Vatican News. Además, se destacó que “el estado de ánimo es bueno”.

La prolongada hospitalización del Papa Francisco, que ya lleva once días —el período más extenso desde su elección en 2013—, mantiene en vilo a millones de personas en todo el mundo. El último domingo, la Oficina de Prensa de la Santa Sede había informado que el pontífice seguía “en estado crítico”, aunque bajo control.

En ese contexto, el Papa envió un mensaje a los fieles durante el rezo del Ángelus, redactado días antes: “Continúo con confianza mi hospitalización en el policlínico Gemelli, siguiendo con los tratamientos necesarios: ¡y el descanso también forma parte de la terapia!”. Además, expresó: “Agradezco de corazón a los médicos y al personal sanitario de este hospital por la atención que me están demostrando y por la dedicación con la que realizan su servicio entre las personas enfermas”.

Con millones de fieles atentos a su evolución, el Papa Francisco concluyó su mensaje con un pedido que conmovió al mundo: “Recen por mí”.