Pilotos, tripulantes, técnicos, controladores aéreos y otros trabajadores de Aerolíneas Argentinas se movilizaron este miércoles frente al Congreso Nacional en rechazo al proyecto de privatización de la línea aérea estatal, que se debatía en comisión. La protesta, que incluyó a los cinco gremios del sector, fue acompañada por otros sindicatos de la CGT y las CTA, en un reclamo conjunto contra lo que consideran una estrategia del gobierno para desprestigiar la empresa y justificar su venta.

“El gobierno quiere que la sociedad se enoje para justificar, como en los ‘90, la privatización de la línea, que nos dejó consecuencias catastróficas”, sostuvo Pablo Biró, secretario general de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Biró criticó el uso de argumentos sobre el déficit de Aerolíneas y los "privilegios" de sus trabajadores para avanzar con la medida.

Los manifestantes colgaron pancartas contra la privatización y muchos de los pilotos participaron uniformados, mientras que las azafatas y otros gremios del sector también vestían su indumentaria de trabajo, simbolizando la lucha por la defensa de la empresa. La protesta recordó el proceso de privatización iniciado en los años 90 bajo el gobierno de Carlos Menem, que culminó con la venta de Aerolíneas Argentinas a Iberia, y su posterior vaciamiento por parte de Marsans. La línea de bandera fue recuperada por el Estado en 2008 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

"Esto comenzó como un reclamo salarial", explicó Andrés Junor, secretario gremial del sindicato de Aeronavegantes. Según Junor, desde noviembre de 2022 los sueldos del sector han perdido un 80% de su poder adquisitivo. "El gobierno ignoró nuestro reclamo salarial y nos llevó a discutir la privatización, que es lo que verdaderamente les interesa", agregó.

Gabriel Urrestarazu, piloto de Aerolíneas Argentinas con 20 años de antigüedad, destacó que la empresa cuenta con una flota moderna y aviones nuevos, producto de años de inversión. “Están en riesgo de que ese patrimonio sea transferido a algún testaferro amigo de este gobierno”, advirtió. Urrestarazu también rememoró cómo, tras la privatización de los ‘90, Aerolíneas perdió propiedades clave, incluyendo oficinas en Nueva York, y llegó a estar siete meses sin volar.

Los proyectos de privatización, impulsados por Hernán Lombardi (PRO) y Juan Manuel López (Coalición Cívica), proponen declarar a la empresa sujeta a privatización en apenas tres artículos, encargando al Poder Ejecutivo avanzar en ese sentido.