Los pasillos de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM) se llenaron de tristeza y preocupación el miércoles por la noche, cuando 120 trabajadores recibieron la impactante noticia de sus despidos a través de correos electrónicos. La directora de la BNMM, Susana Soto Pérez, actuando según las indicaciones de la ministra Sandra Pettovello, comunicó que sus contratos no serían renovados a partir del 1° de abril. Esta medida, descrita por algunos como una "masacre", ha dejado un clima de angustia entre el personal, que siente que "no sobran trabajadorxs" en la institución.

La BNMM, con sus tres sedes y una amplia gama de actividades, es un punto central en la promoción de la cultura y la preservación del patrimonio nacional. Sin embargo, los despidos afectaron a todas las áreas, con especial énfasis en el Museo del Libro y de la Lengua Horacio González, nombrado en honor al escritor y sociólogo que lo creó. La falta de comprensión y planificación por parte de las autoridades ha llevado a una situación caótica, con trabajadores de larga trayectoria y experiencia siendo despedidos indiscriminadamente.

El próximo miércoles, tras el feriado, se llevará a cabo una asamblea para organizar acciones en busca de la reincorporación de los trabajadores afectados. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que estas decisiones parecen haber sido tomadas sin un plan claro y coherente para el futuro de la Biblioteca Nacional.

La solidaridad con la BNMM ha quedado patente en una carta pública firmada por más de 19.000 escritores, artistas, investigadores y personalidades destacadas, que resaltan la importancia de la biblioteca como custodia de la historia y generadora de cultura. La situación actual pone en peligro esta misión fundamental, y muchos temen que la falta de visión y liderazgo adecuados ponga en riesgo el legado cultural de la nación.