Los comedores desprovistos de alimentos, las calles pobladas de manifestantes pidiendo comida y los jubilados cobrando una cifra magra que no llega ni a cubrir los medicamentos; vemos azorados cómo no hay salida y todo pasa sin freno.

Después de la visita del Papa Francisco y al Muro de los Lamentos en modo vacaciones del Presidente, su hermana y varios miembros del ejecutivo, los insultos en la red X volvieron recargados y se acentuaron con la misma velocidad de la caída de la economía de los hogares y los derechos de la población.

Mientras los medios se ocupaban de levantar la noticia de improperios y degradación a la popular artista Lali Espósito por parte del Jefe de Estado (que desprecia al Estado, cito textualmente), el Ministerio de Economía, liderado por un hombre que es tristemente recordado por endeudar al país por una cifra sideral a 100 años (hablamos de Luis "Toto" Caputo), corta las partidas para Desarrollo, Salud, Ciencia, Educación, PAMI y ANSES.

Nada está ordenado en un verano eterno, la Cámara de Diputados sesionando con la tarea de en tiempo récord decidir sobre una ley ómnibus que decide el destino del país entero.

Finalmente, la falta de sustento y la poca expertis del bloque oficialista no lograban la aprobación de dicha ley, depurada con anterioridad por no llegar ni al consenso para el quórum en su estado original.

Y como si fuera poco, a esta ensalada de situaciones de incertidumbre e inestabilidad social sumamos despidos, cierre de pymes, la baja temporada turística, una caída de ventas en todos los rubros y un puñado de multimillonarios que van a duplicar sus ganancias en menos de 3 meses.

La fiesta inolvidable del sector privado de alto voltaje y un gobierno que no la ve cuando se trata de los que menos tienen.

Parece que para Milei, la casta no solo es el pueblo trabajador, sino algunos sectores del Estado que intervienen justo donde se amparan las denuncias para defender tus derechos como el INADI.

Si bien dicha entidad está dentro de la aprobación de una ley, se viene el desguace.

¿Por qué? Al parecer, las minorías, todos los colectivos, de diversidad, de colectividad y más no son ciudadanos de bien. Si no hay un lugar físico donde acudir para denunciar, para exponer cualquier tipo de discriminación, ¿cómo se va a manejar de aquí en más una sociedad fuertemente violenta en la que los límites están desdibujados?

¿Qué vendrá después? ¿Somos lo suficientemente empáticos como para acompañarnos en esta grave situación? ¿Podremos entender que mañana vendrán por nosotros?

Preguntas sin respuesta, un mapa donde cada uno ve su propia Argentina festejando la tasa de interés mientras el capital social se desgarra invisiblemente.

Una menor, una niña fue encontrada queriendo llevarse de un negocio una caja de lápices, mientras tanto un jubilado fue detenido por robar una manteca habiendo pagado un paquete de fideos, la degradación de la dignidad en las dos franjas etarias.

Ah, pero Lali, pero los Diputados,pero  los Gobernadores, pero los artistas, los gremios, los estudiantes, los periodistas y... cierto, sacamos de esta lista momentáneamente al Sumo Pontífice, por ahora.

Es entonces, mis queridos lectores, como después de una jornada agotadora y una mañana con extenuantes horas, empezamos a sentir que como lo dijo en la campaña, además de entorpecernos la cotidianidad, el hombre devenido en Presidente se encuentra entre las sábanas de cada habitante.

Satisfechos o no, cada uno de los 45 millones vamos a transitar este tiempo juntos, sin entender ni entendernos demasiado, respetando la Democracia, levantando y agachando la cabeza.

Con el resorte de la fortaleza descargado y el tejido socio-político desmembrado, con solo una cosa por hacer: sobrevivir.

Carla Echichure Castro.