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ECOLOGIA

29 de agosto de 2021

Cuando la Naturaleza se cobra los daños o el problema de los carpinchos en Nordelta

Por: Ing. Agr. Roberto Michelena

Este tema tan actual y de fuerte repercusión en la opinión pública es abordado en esta nota por el Ing. Agr. Roberto Michelena, investigador y ambientalista, en toda su complejidad, desde el origen del desequilibrio hasta la propuesta de soluciones que aseguren el cuidado y supervivencia de la especie.

El drama de los carpinchos                                  
                                                                                        

El carpincho es el roedor más grande del mundo. Nativo de América del Sur ocupa las tierras bajas, húmedas y cálidas. Su nombre científico es Hydrochoerus hydrochaeris y  los adultos pueden llegar a medir 1,30 metros y pesar hasta 80 kilogramos. Las hembras son algo más grandes que los machos. 
Una característica especial son sus “paletas”, sus dientes incisivos, muy desarrollados. Tanto los dientes superiores como los inferiores, crecen continuamente y si el animal no los desgastara comiendo o para defenderse, le atravesarían el maxilar.
Viven en las costas de los ríos, lagos y humedales del norte y litoral de la Argentina, desde mucho antes de la llegada de los conquistadores. Son excelentes nadadores y el agua es su refugio; cuando se sienten intimidados, hacia allí se dirigen, dejando sólo la cabeza afuera para observar en derredor. 
Son herbívoros y cuando no se están alimentando, buscan lugares con tierra para combatir parásitos. En su ámbito natural, sus recorridas no son extensas a menos que no haya suficiente alimento.
Una hembra primeriza puede tener uno o dos crías, pero luego es normal que tenga cuatro a ocho por camada. En un año puede llegar a parir 16 crías, si las condiciones son propicias. La gestación dura 110 días. Son animales muy tranquilos y sólo para defenderse pueden llegar a atacar, si se sienten amenazados. Como cualquier animal silvestre, no es domesticable.

 

Problema en el Nordelta

En el Nordelta, barrio cerrado del partido de Tigre, de 1.500 hectáreas donde viven unos 40 mil vecinos, se generó un conflicto por la presencia de carpinchos que alteraron su comportamiento, debido a la invasión del hombre sobre sobre su ambiente natural, los humedales. Es inquietante la presencia masiva de carpinchos, que hoy se exhiben con desparpajo en calles, veredas, jardines y espacios libres.
Se calcula que en Nordelta, existen unos 400 carpinchos, un 17% más que en 2020, y en dos años podrían multiplicarse descontroladamente a 3.000, lo que sería una situación mucho más compleja.
El hombre avasalló un lugar naturalmente preparado para otro ecosistema e hizo desaparecer a los predadores de los carpinchos, como pumas,  yaguaretés, ocelotes y cánidos, más sensibles a la presencia humana, por lo que se favoreció el desarrollo de los carpinchos. 
A esto se le agrega una circunstancia excepcional, la bajante histórica del Paraná, que empuja al carpincho a desplazarse en busca de alimento. Desde 2014, la Asociación Vecinal Nordelta (AVN) viene registrando un crecimiento en la población de carpinchos. En 2019 se pidió la primera intervención de la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Buenos Aires, que hizo una inspección en Nordelta, determinando que no había superpoblación. Este año se solicitó una nueva inspección, que se llevó a cabo en julio y esta vez sí confirmó que había una superpoblación de carpinchos. 

 

La sociedad anónima que administra y gestiona Nordelta confirmó que en el barrio privado existe una “superpoblación” de carpinchos, pidió a los vecinos que denunciaron ataques a sus mascotas, a mantener la “convivencia armónica” con la fauna, pero confirmó que estudia un programa integral destinado a controlar el crecimiento de esos roedores y, eventualmente, relocalizarlos.

“El perjuicio ocasionado por la interacción de los carpinchos con los habitantes del complejo se enmarca dentro de la categoría grave”, señalaron desde la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires (DFF). Por este motivo, se llevó a cabo una reunión en la ciudad de La Plata, entre la DFF, el equipo de Gestión Ambiental del Municipio de Tigre, biólogos del Conicet y representantes de la AVN para buscar una solución. En la misma, se planteó un programa de trabajo basado en diferentes aspectos: realizar un plan de comunicación y concientización del vecino, apuntado a la convivencia pacífica con la fauna; generar sitios específicos para albergar grupos familiares de carpinchos, con vegetación suficiente para protegerlos y alimentarlos. Otra iniciativa a mediano plazo es avanzar con programas que controlen la reproducción de carpinchos, desarrollados por un equipo multidisciplinario. 
Sobre la búsqueda de sitios específicos, la AVN está poniendo énfasis en la creación de espacios verdes donde la nueva población de carpinchos pueda asentarse. Son áreas a las que se puede agregar más vegetación para que los animales encuentren refugio y alimentación. Se busca así que las familias de carpinchos, que pueden tener hasta 20 integrantes, se asienten en lugares fijos,  y que no necesiten circular buscando alimento.

El  traslado y relocalización sería una solución complicada, primero porque no es nada sencillo atrapar a 300 carpinchos y llevarlos sin producir situaciones traumáticas. Para la AVN los intereses de todos deben ser respetados, buscando un equilibrio, y siempre dentro del marco de la ley, cumpliendo con lo que determine la autoridad competente, en este caso la Dirección de Fauna y Flora bonaerense. 
Resulta una paradoja que aquellos que pretenden  vivir “en la naturaleza” consideren intolerable la aparición de uno de sus integrantes más puros. Son los mismos que realizan anhelan y festejan, la aparición de un carpincho o un ciervo, cuando van de safari fotográfico a los Esteros del Iberá; los integrantes silvestres de la naturaleza solo se admiten si están insertos en la naturaleza agreste, caso contrario son invasores.

En Argentina, no está permitido capturar fauna salvaje, pero su caza no está regulada. Aun así, en algunas provincias, este animal es cazado por su cuero y su carne, a pesar de que es una especie silvestre protegida por el Código Rural de la provincia de Buenos Aires.
En Uruguay el carpincho es protegido, con multas por su caza y está inscripto en la moneda de dos pesos. Esto mismo ocurre en muchos países latinoamericanos.

 

Cuando una especie desaparece, si bien los ecosistemas persiguen un nuevo equilibrio, se producen alteraciones serias. Ya sea porque no existe el predador tope de una cadena y quienes son comidos por él tienden a desmadrar en número sus poblaciones, o porque desaparece una especie que funciona como base de la pirámide y quienes lo comen tienden a desaparecer con él.
Es muy importante señalar los principales servicios ambientales de los humedales como: filtración y captación de agua, control de inundaciones y aporte de humedad en tiempos se sequía. Es la propia sociedad que los destruye en el altar de un supuesto progreso. 
En este sentido, el Proyecto de Ley de Humedales es una propuesta de legislación nacional para la regulación, protección y conservación de los humedales  Desde el año 2013 se han presentado diferentes proyectos,  pero todos perdieron estado parlamentario.
El 5 de agosto del 2020 comenzó en la Cámara de Diputados el debate sobre la Ley de Humedales en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano.  El Proyecto con dictamen unificado fue girado a  las Comisiones: Agricultura y Ganadería, Asuntos Marítimos Fluviales, Portuarios y Pesqueros y a la Comisión de Presupuesto. Transcurridos más de ocho meses, a fines del 2021, corre el riesgo de perder estado parlamentario.

 

Consideraciones finales

El ser humano vive a expensas de la naturaleza, clasificando los seres vivos en malezas o “malas hierbas” y las combate y las destruye; lo mismo sucede con animales útiles o plagas, de acuerdo a sus intereses, principalmente económicos. El mejor ejemplo lo constituye la quínoa, nativa de la región Andina que es considerada maleza en la Región Pampeana, en cultivos como girasol y soja. En la actualidad es reconsiderada muy valiosa con su antecedente incaico. Algo similar ocurre con la caza de animales,  como guanacos y pumas, hasta producir prácticamente su extinción.

Los carpinchos, sin saberlo, constituyen la “punta de lanza” de una protesta pacífica de la naturaleza que reclama su espacio.
El hombre, a través de sus múltiples actividades como la deforestación, industrias, urbanización y minería, entre muchas otras, modifica y deteriora el ambiente, para la vida de vegetales, animales y del mismo hombre. Éste debe entender, que es parte de este ambiente y de la naturaleza, no su amo.

 

Ing. Agr. Roberto Michelana

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