El consumo masivo continúa atravesando una situación crítica y en noviembre volvió a mostrar una caída interanual luego de nueve meses consecutivos de recuperación. Según el último informe de la consultora Scentia, la sumatoria de supermercados, almacenes, farmacias y kioscos registró una baja del 0,1% frente al mismo mes del año anterior, un dato que marca un punto de inflexión en la tendencia que se había iniciado en marzo.

Desde la consultora explicaron que este resultado se explica por un mal desempeño de supermercados y farmacias, sumado a una desaceleración en la recuperación del canal tradicional. En términos mensuales, el consumo total cayó 1,8% respecto de octubre, una diferencia que en parte se vincula con que noviembre tuvo un día menos, aunque no alcanza para revertir el panorama general.

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Si bien el descenso interanual es leve, el contexto en el que se produce agrava su impacto. Se trata de la primera baja luego de nueve meses de subas, en un período en el que las comparaciones se realizaban contra el primer semestre del gobierno de Javier Milei, atravesado por un fuerte ajuste económico. La recuperación parcial del segundo semestre del año pasado había comenzado a mostrar señales de agotamiento en los últimos meses, algo que ahora quedó confirmado.

Además, la caída del 0,1% se registra sobre un desplome previo del 18% ocurrido en noviembre de 2024. Aunque aquella cifra estuvo influida por el adelantamiento del consumo en los últimos meses de 2023 ante la aceleración inflacionaria, el nuevo retroceso expone que el consumo no logró despegar del piso histórico generado por las políticas de ajuste implementadas desde el inicio de la actual gestión.

Las expectativas de una mejora en noviembre, tras dos meses débiles como septiembre y octubre, no se cumplieron. Durante ese período, el Gobierno había priorizado contener la inflación en la antesala electoral mediante subas de tasas y encajes, lo que impactó de lleno en el consumo. Sin embargo, aun con la baja posterior de tasas y una inflación más contenida, la reactivación no llegó.

El canal de supermercados fue el más golpeado, con una caída interanual del 7,2%. La tendencia profundiza un proceso que lleva más de un año, en el que la menor inflación reduce el incentivo a realizar grandes compras en hipermercados alejados, mientras que la pérdida de poder adquisitivo limita la posibilidad de hacer compras quincenales o mensuales, empujando a muchos hogares a optar por consumos diarios y más pequeños en comercios de cercanía.

A esta situación se sumó una fuerte baja en las farmacias, que registraron un retroceso interanual del 6,9%. El dato es especialmente preocupante porque incluye una caída del 2,1% en la compra de medicamentos, y del 0,5% en lo que va del año, lo que evidencia un ajuste en gastos esenciales. La restricción aplicada en diciembre de 2024 al acceso a medicamentos del PAMI para jubilados que no cumplían determinados requisitos de ingresos aparece como uno de los factores que explican esta disminución.

Por fuera de la medición total, los mayoristas también mostraron una contracción significativa del 7,6% interanual en noviembre. Este comportamiento anticipa que la debilidad del consumo podría extenderse, al menos, durante diciembre, sin señales claras de un cambio de tendencia en el corto plazo.

En el acumulado de 2025, el consumo muestra un crecimiento del 2,2%, una cifra que resulta insuficiente si se tiene en cuenta que en 2024 la caída fue del 14%. De este modo, la recuperación solo logró recomponer una pequeña parte del derrumbe previo.

La promesa oficial de que, tras las elecciones, comenzaría una etapa de recuperación de la actividad económica y del poder de compra no se materializó durante el primer mes posterior al comicio, pese a la baja de tasas y a una inflación que se ubicó en 2,5% según el IPC. El interrogante sobre una mejora sostenida del consumo queda, por ahora, postergado y empieza a trasladarse al escenario de 2026.