La muerte de una agente de la Policía Federal generó conmoción en Balvanera y abrió un expediente cargado de interrogantes. La víctima, identificada como Ivana Bustamante, de 39 años, fue encontrada con un disparo en la cabeza dentro de un departamento del barrio porteño y falleció horas después en el Hospital Ramos Mejía. Los investigadores trabajan para determinar si se trató de un femicidio o de un suicidio.

El hecho ocurrió el sábado por la noche, alrededor de las 21, en un edificio ubicado en Anchorena al 100. Hasta ese domicilio había ido Solange Romaniuk, policía de 43 años y expareja de la víctima, para retirar pertenencias personales, según indicaron fuentes del caso. La presencia de ambas mujeres en la vivienda derivó en una situación que, poco después, motivaría una llamada de emergencia.

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Minutos más tarde, un aviso al 911 alertó por un conflicto en el edificio. Cuando el personal policial logró ingresar al departamento, se encontró con una escena crítica: Bustamante estaba tendida en el piso, gravemente herida, con un impacto de bala en la cabeza que presentaba orificio de entrada y salida.

Los agentes solicitaron asistencia médica y una ambulancia del SAME trasladó a la mujer al Hospital Ramos Mejía. Allí fue llevada de inmediato al quirófano e internada en estado crítico. Pese a los esfuerzos del equipo médico, la víctima murió durante la madrugada del domingo.

Uno de los puntos centrales de la investigación es el arma utilizada. Los primeros indicios apuntan a que el disparo habría sido realizado con un arma reglamentaria, aunque aún no está claro si pertenecía a Bustamante o a Romaniuk. Peritos de la Policía Científica trabajaron durante horas en la escena en busca de rastros, huellas y elementos que ayuden a reconstruir la secuencia previa al disparo.

La principal incógnita es qué sucedió en los instantes previos a la llegada del patrullero. Las autoridades intentan determinar si hubo una discusión, un ataque directo o alguna otra circunstancia que explique cómo terminó Bustamante baleada. La posibilidad de que se haya tratado de un suicidio no está descartada y seguirá bajo análisis hasta que los peritajes permitan avanzar sobre certezas.

Como parte del proceso judicial, Romaniuk quedó a disposición del fiscal, quien ordenó peritar el arma secuestrada, tomar declaración a vecinos que pudieran haber escuchado gritos o ruidos y analizar si existían antecedentes de violencia en la relación.

La causa, en manos de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional, se investiga bajo el protocolo de femicidio, tal como indica la normativa en casos donde una mujer muere en un contexto que involucra vínculos afectivos. Sin embargo, la hipótesis del suicidio continúa abierta hasta que los peritajes permitan definir la mecánica del disparo.

La autopsia, prevista para las próximas horas, será clave para determinar la distancia del tiro, la trayectoria del proyectil y la presencia o no de signos de defensa. Junto con los estudios balísticos y las pericias en el departamento, esos datos serán fundamentales para establecer si Bustamante fue asesinada o si su muerte fue autoinfligida.