El Cilindro vivió una noche de Copa a la altura de su historia. Racing recibió a Vélez con un marco imponente y respondió en la cancha con un triunfo que lo depositó en las semifinales de la Libertadores. Con claridad, paciencia y un dominio que se hizo sentir sobre todo en el primer tiempo, el equipo de Gustavo Costas demostró estar preparado para los grandes desafíos internacionales.

La Academia asumió el control desde el inicio. Santiago Sosa se adueñó del mediocampo y fue clave para marcar diferencias en una zona en la que el Fortín no logró hacer pie. Las dificultades de Rodrigo Aliendro y Agustín Bouzat para recuperar y distribuir dejaron expuesta a la visita, que apenas insinuaba con alguna pelota a Michael Santos, en una noche desacertada del delantero uruguayo.

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Racing generó las situaciones más claras en esa etapa. Solari, que llegaba entre algodones, encaró por izquierda y casi convierte con un remate que exigió al máximo a Tomás Marchiori, el arquero que se erigió como figura de Vélez con varias intervenciones determinantes.

En el complemento, Guillermo Barros Schelotto buscó reacción con los ingresos de Manuel Lanzini y Tobías Andrada, y aunque el equipo se adelantó algunos metros y hasta llegó a ilusionarse con un tanto de Imanol Machuca —anulado por el VAR—, no logró sostener esa mejoría.

Cuando el partido entraba en su tramo final, Racing volvió a golpear. Tras un centro bajo que Marchiori no pudo despejar con firmeza, Santiago Solari aprovechó la ocasión y empujó la pelota para desatar el grito del estadio. Fue el 1-0 que liquidó la serie y selló la clasificación.

La Academia cerró el encuentro con solvencia y no le dio opciones a Vélez de revertir la historia. Así, el equipo de Costas accede a las semifinales de la Copa Libertadores, una instancia que lo ilusiona con volver a pelear por la gloria máxima del continente.