Independiente y Universidad de Chile protagonizaban un partido electrizante en Avellaneda por la vuelta de los octavos de final de la CONMEBOL Sudamericana, hasta que la violencia obligó a detenerlo. El encuentro estaba 1-1 y apenas iban tres minutos del complemento cuando el árbitro Gustavo Tejera decidió suspenderlo por los incidentes entre hinchas.

El juego había comenzado parejo, con la visita manejando la pelota y el Rojo buscando profundidad. La primera emoción llegó a los 11 minutos con un centro de Lucas Di Yorio que Lucas Assadi convirtió en gol. La jugada fue inicialmente anulada por offside, pero el VAR convalidó el 0-1.

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Con la desventaja, Independiente reaccionó y a los 27 minutos llegó el empate. Un pase profundo encontró a Ávalos dentro del área y, tras pivotear, Santiago Montiel remató con potencia para establecer el 1-1. El gol desató el festejo de los hinchas locales y le dio aire al equipo de Vaccari.

Antes del descanso, el Rojo tuvo dos situaciones claras: un remate de Cabral que pasó cerca y una ocasión de su número 10 dentro del área que no pudo concretar. Del otro lado, Rodrigo Rey salvó al local con una atajada clave ante Di Yorio.

Sin embargo, lo que ocurría en las tribunas fue ganando protagonismo. Ya en el primer tiempo habían caído proyectiles desde la tribuna visitante hacia la popular local. En el entretiempo la situación se agravó con piedras, butacas y hasta explosivos lanzados desde el sector de Universidad de Chile, lo que generó corridas y tensión en las tribunas.

La violencia escaló al inicio del segundo tiempo y el árbitro decidió interrumpir el encuentro cuando todavía no se habían jugado tres minutos. “Hay gente de Independiente que tiene a su familia ahí y les están tirando cosas”, reclamó el arquero Rey mientras se multiplicaban las quejas en el campo de juego.

Los jugadores de ambos equipos se retiraron al vestuario y la voz del estadio pidió primero el desalojo de los hinchas visitantes. En medio de la confusión, barras de Independiente entraron a la tribuna cuando quedaban pocos hinchas visitantes, los arinconaron y golpearron dejando a uno en un estado grave de salud.

La CONMEBOL deberá ahora definir los pasos a seguir en una serie que estaba 2-1 a favor de Universidad de Chile en el global, pero que quedó manchada por la violencia en las tribunas, el partido esta cancelado.