La salsa de chorizo tiene sus raíces en la tradición culinaria española, donde el chorizo es un embutido emblemático desde hace siglos. Originariamente, el chorizo se utilizaba no solo como ingrediente principal, sino también para crear preparaciones que aprovecharan su sabor intenso y especiado. Cuando la gastronomía española se trasladó a América, especialmente a países como Argentina, el chorizo cobró gran popularidad en las parrillas y asados.

La salsa de chorizo nació como una manera de aprovechar el aroma y el sabor ahumado del embutido para realzar otros platos, mezclándolo con tomates, cebollas y especias. En Argentina, esta salsa se integró rápidamente a la cocina casera y de campo, complementando tanto pastas como carnes, y convirtiéndose en un clásico por su sabor potente y versatilidad. Así, la salsa de chorizo refleja la fusión entre la tradición europea y el espíritu de la cocina argentina.

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Ingredientes:

• 200 g de chorizo fresco sin piel

• 1 cebolla mediana picada

• 2 dientes de ajo picados

• 2 tomates maduros picados o 200 ml de puré de tomate

• 1 cucharada de pimentón dulce o picante

• 1/2 taza de vino tinto (opcional)

• Aceite de oliva

• Sal y pimienta a gusto

Preparación:

1. En una sartén con un poco de aceite, dorar el chorizo desmenuzado hasta que esté bien cocido.

2. Agregar la cebolla y el ajo, cocinar hasta que estén transparentes.

3. Incorporar los tomates o puré, el pimentón, sal y pimienta. Mezclar bien.

4. Añadir el vino tinto y cocinar a fuego bajo hasta que la salsa espese y los sabores se integren.

5. Rectificar sal y pimienta y retirar del fuego.

¿En qué comidas se usa?

La salsa de chorizo es ideal para acompañar pastas, especialmente tallarines o ñoquis, también realza platos con carne a la parrilla, guisos y hasta tostadas o bruschettas. Su sabor intenso la hace perfecta para comidas robustas y caseras.