Una nueva protesta de jubilados frente al Congreso fue reprimida este miércoles por las fuerzas de seguridad, que utilizaron gas pimienta y golpes para dispersar la manifestación. Entre los 38 heridos hubo una niña de 8 años, Ludmila, que caminaba por la zona junto a su padre tras salir del dentista. El operativo incluyó efectivos de la Policía Federal, Prefectura, Gendarmería y la Policía Aeroportuaria, una fuerza que no suele intervenir en estas marchas.

La protesta, encabezada por organizaciones como Jubilados Insurgentes y el Plenario de Trabajadores Jubilados, buscaba visibilizar la crítica situación del sector en un contexto de ajuste. También participaron sindicatos como ATE y la UOM, aunque la columna liderada por Abel Furlán fue interceptada por la policía y bloqueada antes de llegar al Congreso.

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"Hubo más milicos que jubilados", denunció Rubén Cocurullo, de Jubilados Insurgentes, en referencia al despliegue de seguridad, mientras que la Comisión Provincial por la Memoria advirtió sobre agresiones a trabajadores de derechos humanos y organizaciones contra la violencia institucional.

Horas antes de la protesta, el Gobierno oficializó un incremento del 2,4% en los haberes jubilatorios a partir de abril, llevando la mínima a $285.820. Con el bono extraordinario de $70.000, que permanece sin cambios desde marzo de 2024, el monto total alcanzará los $355.820. "La violencia de Milei no es solo física", cuestionaron los manifestantes, denunciando que el ajuste deja a los jubilados por debajo de la línea de indigencia.

En la misma semana, además, se confirmó el vencimiento de la moratoria previsional, lo que excluye del sistema jubilatorio a más de 250.000 personas, en su mayoría mujeres. "Robar a los jubilados es un crimen social", se leía en una de las banderas frente al Congreso, mientras en otra se advertía: "Ayudame a luchar, el próximo viejo sos vos".