El Gobierno de Javier Milei sorprendió al abstenerse en la Asamblea de las Naciones Unidas durante la votación de una resolución que instaba a Rusia a retirar “de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares” de Ucrania. Este giro en la postura internacional del presidente argentino marca un abrupto cambio tras sus reiteradas muestras de apoyo a Volodimir Zelenski, con quien incluso compartió un cálido encuentro en enero pasado en Davos.

El distanciamiento se produce poco después de que el expresidente estadounidense Donald Trump calificara a Zelenski de “dictador” por no convocar a elecciones en medio del conflicto bélico. El gesto de Milei, que optó por la abstención, parece alinearse con esta postura, sumando su voto al de países como Brasil, India, China, Sudáfrica, Cuba y Colombia, naciones que el propio mandatario argentino había criticado en reiteradas ocasiones.

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La resolución de la ONU, impulsada originalmente por la administración de Joe Biden, reafirmaba el “compromiso con la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Ucrania”. Fue aprobada con 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones. Argentina, que se había manifestado como un firme defensor de Ucrania, sorprendió al no respaldarla.

Este giro diplomático contrasta con la cercanía que Milei y Zelenski mantuvieron hasta hace pocas semanas. El presidente ucraniano había elogiado públicamente al argentino: “Javier ha trabajado incansablemente para modernizar la Argentina y poner al país en el camino para superar los desafíos económicos, financieros y sociales”. Además, Argentina donó dos helicópteros a Ucrania para combatir incendios, y Milei participó en junio de la Cumbre por la Paz en Suiza, donde expresó: “Como defensores de las ideas de la libertad, repudiamos cualquier tipo de violencia, pero en particular rechazamos la guerra como mecanismo ilegítimo para dirimir los conflictos entre naciones”.

Sin embargo, tras las declaraciones de Trump, en las que acusó a Zelenski de malgastar ayuda estadounidense y de tener una aprobación “muy baja”, el presidente argentino parece haber modificado su postura. Aunque el líder ucraniano rechazó esas acusaciones, Milei decidió abstenerse en la votación clave, alejándose de su hasta entonces firme apoyo.

Así, el mandatario argentino protagoniza un inesperado viraje en la política exterior: optó por no condenar a Rusia y, en sintonía con el discurso de Trump, se alineó con países a los que él mismo ha tildado de comunistas. Un giro que abre interrogantes sobre el futuro de la relación bilateral con Ucrania y el rumbo de la diplomacia argentina.