Mientras el escándalo por la estafa con la criptomoneda $LIBRA sacude al Gobierno y pone en jaque la imagen de Javier Milei, los datos de la economía real son cada vez más alarmantes. El consumo masivo se desplomó un 10,6% interanual en enero, marcando 13 meses consecutivos de caída, mientras que la compra de carne alcanzó su nivel más bajo en tres décadas.

A la par de la crisis política que enfrenta el oficialismo por el impacto de la denuncia en Estados Unidos contra Milei y su presunta vinculación con la criptoestafa, el deterioro del poder adquisitivo queda reflejado en cada indicador. La recesión no da tregua, y el ajuste promovido por el ministro de Economía, Luis Caputo, solo profundiza la caída.

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El informe de la consultora Scentia reveló que las ventas en supermercados bajaron 7,2% interanual, con una caída más pronunciada en el AMBA (-8,4%) que en el interior del país (-6,3%). En los autoservicios independientes, el desplome fue aún mayor: -13,5% en promedio, con un derrumbe del 17,1% en el AMBA.

El golpe al consumo no se detiene en los alimentos: las bebidas con alcohol cayeron 19,3%, los productos de desayuno y merienda bajaron 9,8%, y la categoría de limpieza y hogar registró un descenso del 7,9%. En tanto, las ventas minoristas de las pymes descendieron otro 0,5% en enero, según el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

El impacto también se siente en la carne: según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), el consumo por habitante bajó a 47 kilos anuales, con una retracción del 3,2% en enero y un acumulado del 8,1% en el último año.

Pese a estos números, desde el Gobierno persisten en celebrar un superávit financiero basado en un ajuste brutal. A través de la red social X, Caputo destacó el saldo positivo de 2,4 billones de pesos, ignorando que el ajuste recayó sobre programas sociales (-31,1%), subsidios al transporte (-23,9%) y el recorte en salarios del sector público (-4,3% en términos reales).

La doble crisis –política y económica– empieza a cercar al Gobierno, que se enfrenta a su momento más complejo desde la llegada al poder. Con el escándalo cripto sin respuestas claras y el consumo en caída libre, la estrategia oficial se reduce a minimizar la crisis mientras los efectos del ajuste golpean con fuerza en la calle.