Historia de la salsa Alfredo

La salsa Alfredo tiene su origen en Italia, específicamente en Roma, aunque se ha convertido en un emblema de la cocina italoamericana. Fue creada en 1914 por Alfredo di Lelio, un restaurador romano, para complacer a su esposa, quien sufría de falta de apetito tras dar a luz. Di Lelio ideó una mezcla simple pero sabrosa, utilizando manteca, queso parmesano y pasta fettuccine para crear un plato reconfortante.

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El plato se popularizó cuando estrellas de Hollywood, como Mary Pickford y Douglas Fairbanks, probaron la receta durante su luna de miel en Roma. Fascinados, llevaron la receta a los Estados Unidos, donde fue adaptada con la adición de crema de leche, dando lugar a la versión que hoy conocemos.

La salsa Alfredo es un símbolo de indulgencia y sencillez, perfecta para realzar el sabor de pastas, pollo, mariscos y vegetales, ganándose un lugar en las cocinas de todo el mundo.

Ingredientes:

• 50 g de manteca
• 2 dientes de ajo picados (opcional)
• 200 ml de crema de leche
• 100 g de queso parmesano rallado
• Sal y pimienta al gusto

Preparación:

1. En una sartén a fuego bajo, derrite la manteca y, si lo deseas, añade el ajo picado para darle un toque de sabor.
2. Agrega la crema de leche y calienta hasta que empiece a burbujear ligeramente.
3. Incorpora el queso parmesano y mezcla bien hasta obtener una textura cremosa y uniforme.
4. Ajusta el sabor con sal y pimienta al gusto.
5. Sirve caliente sobre pasta recién cocida o úsala como base para otros platos

Ademas la salsa Alfredo es tan versátil y deliciosa, que es perfecta para dar un toque cremoso a una gran variedad de platos. Aquí tienes algunas ideas de comidas donde puedes usarla:

1. Fettuccine Alfredo: El plato clásico donde la salsa Alfredo brilla como protagonista, mezclada con fettuccine y queso parmesano.
2. Pasta con pollo: Combina la salsa con pechugas de pollo a la parrilla o salteadas y tu tipo de pasta favorita.
3. Lasagna blanca: Úsala como base en las capas de una lasagna que no incluya salsa de tomate.
4. Mariscos Alfredo: Ideal para acompañar camarones, vieiras o salmón, servidos con pasta o arroz.
5. Verduras gratinadas: Rocía la salsa sobre brócoli, coliflor o espárragos y gratínalos al horno.
6. Pizzas blancas: Sustituye la salsa de tomate por Alfredo para crear una pizza cremosa.
7. Cazuelas: Mezcla la salsa con pastas, carnes y verduras en guisos horneados.

Es una salsa indulgente que combina especialmente bien con ingredientes como ajo, queso parmesano y hierbas frescas como el perejil. ¡Buen provecho!