Con 139 votos a favor, 59 abstenciones y 36 en contra, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley contra la ludopatía online, que incluye restricciones publicitarias, controles biométricos y la creación de un registro de autoexclusión. Pese al rechazo del oficialismo y parte del PRO, un bloque opositor integrado por Unión por la Patria (UxP), la Coalición Cívica (CC), el Frente de Izquierda (FIT) y otros espacios consiguió quórum y aprobó la iniciativa tras un extenso debate.

El proyecto aprobado establece la prohibición total de publicidad directa o indirecta de juegos de azar en medios tradicionales, redes sociales, plataformas digitales y espacios públicos, además de eliminar los auspicios de casas de apuestas en camisetas de fútbol y estadios. Actualmente, clubes como Boca y River tienen acuerdos comerciales con estas empresas, así como el torneo de la AFA, cuyo nombre está asociado a una plataforma de apuestas.

Asimismo, el texto incluye la implementación de tecnología biométrica para restringir el acceso de menores de 18 años a las plataformas, asociando el reconocimiento facial con datos del Renaper, y elimina los llamados "bonos de bienvenida", utilizados por las empresas para captar nuevos usuarios.

El debate en el recinto reflejó tensiones políticas. Mientras que el PRO y La Libertad Avanza optaron por no dar quórum al inicio, sus representantes bajaron al recinto para defender un dictamen de minoría con regulaciones más flexibles. La diputada PRO Silvina Giudici, cuestionada por su postura cercana al sector, calificó el proyecto mayoritario como "reglamentarista", mientras que Lilia Lemoine (LLA) criticó la intervención del Estado: "¿Qué sigue después, prohibir las redes sociales?".

Desde el bloque UxP, Rogelio Iparraguirre defendió la necesidad de abordar el problema de manera integral. "Esto no es solo una cuestión de proteger a los menores, sino de entender cómo la precarización y las nuevas economías de plataforma fomentan estas problemáticas", sostuvo. Mónica Frade (CC) señaló los intereses detrás de las críticas: "Estamos tocando a los zares de los casinos y eso incomoda".

El camino del proyecto hacia el Senado se presenta incierto, con las sesiones ordinarias por finalizar y la negativa del oficialismo a tratarlo en extraordinarias. De no avanzar este año, su tratamiento podría quedar para 2025, dejando en suspenso una ley que apunta a regular un sector de rápido crecimiento, que según sus críticos, opera con escasos controles y consecuencias sociales graves.

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