El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó anoche en una entrevista con LN+ el cierre del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa). Durante la entrevista, Caputo calificó al organismo como "un antro de corrupción", sin presentar denuncias específicas, y justificó su decisión al argumentar que "se creó en 1995 para hacer una obra o dos, pero después le encontraron la vuelta". Además, señaló que las funciones del Enohsa serán absorbidas por la Subsecretaría de Servicios Hídricos, bajo su órbita.

La noticia desató la protesta inmediata de los trabajadores del Sindicato de Obras Sanitarias, quienes repudiaron las declaraciones de Caputo y el cierre del organismo. Desde las puertas del edificio del Enohsa, ubicado en Corrientes al 1750, los trabajadores advirtieron que la medida pone en riesgo el acceso a obras de agua potable y cloacas en todo el país, además de 230 puestos de trabajo calificados.

El Enohsa, que según Caputo se creó en 1995, tiene en realidad 61 años de historia, habiendo nacido como Servicio Nacional de Agua y Saneamiento. El organismo gestiona y financia proyectos esenciales para asegurar el acceso al agua potable y a sistemas de cloacas, especialmente en regiones vulnerables. Desde el Sindicato de Trabajadores de Obras Sanitarias destacaron en un comunicado que el Enohsa brinda "asistencia técnica a los gobiernos locales, garantizando que los proyectos sean sostenibles y de alta calidad".

Fuentes del gremio indicaron  que, tras la decisión del Gobierno de paralizar la obra pública, solo permanecen en ejecución 120 obras "prioritarias", de las cuales 116 están a cargo del Enohsa, mientras que solo cuatro dependen de la Subsecretaría de Servicios Hídricos. Entre estas obras, se destacan proyectos del Programa Federal de Saneamiento (Profesa), la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El gremio también denunció que el Gobierno ya recortó un 35% del personal del Enohsa desde diciembre, cuando la planta contaba con 358 empleados. Actualmente, el organismo opera con 230 trabajadores calificados, mientras que la Subsecretaría, que asumiría las funciones del Enohsa, tiene solo 124 empleados.

El cierre definitivo del Enohsa dejaría no solo a 230 familias sin trabajo, sino también sin asistencia a provincias y zonas rurales que dependen del acceso al agua potable y a las cloacas. "El Enohsa es vital. Ha impulsado proyectos que llevan agua potable a comunidades marginadas y extiende la red cloacal en áreas que históricamente no han tenido acceso", advirtieron desde el sindicato.

Por su parte, el ex titular del organismo, Ernesto Cresto, advirtió que el cierre tendrá un fuerte impacto en los municipios, ya que la mayoría "no está capacitada financieramente para desarrollar redes de agua y cloacas con fondos propios". Cresto también destacó que, durante su gestión, se ejecutaron más de 1.500 obras que beneficiaron a 1.5 millones de personas con acceso a agua potable y saneamiento, y generaron más de 120.000 empleos.

En la actualidad, alrededor del 80% de la población en Argentina tiene acceso a agua potable y el 60% cuenta con cobertura de cloacas, aunque estas cifras varían notablemente entre provincias y zonas rurales, donde el Enohsa ha concentrado gran parte de su trabajo.