La salsa alemana (también conocida como sauce allemande) es una creación de la cocina francesa clásica, a pesar de su nombre que sugiere una conexión con Alemania. Esta salsa es, en realidad, una derivación de la salsa velouté, una de las cinco salsas madre en la tradición culinaria francesa, establecida por el chef Marie-Antoine Carême en el siglo XIX. Su nombre refleja la influencia que las cocinas de diferentes regiones europeas tuvieron en la gastronomía francesa de esa época.

La salsa alemana se elabora a partir de una base de salsa velouté, que se enriquece con yemas de huevo, manteca y limón, lo que le da una textura cremosa y un sabor suave y refinado. Este tipo de salsa era muy popular en los banquetes y la cocina de alta gama durante los siglos XIX y XX, siendo utilizada principalmente para acompañar carnes blancas, pescados y algunas preparaciones de vegetales.

A pesar de su nombre, la salsa alemana es un clásico de la cocina francesa, donde se perfeccionaron muchas técnicas culinarias que influenciaron la gastronomía europea en general. Hoy en día, es menos común, pero sigue siendo un componente importante en la formación culinaria clásica.

Ingredientes:

• 3 yemas de huevo
• 1/2 taza de caldo de carne o pescado
• 100 g de manteca
• Jugo de 1/2 limón
• Sal y pimienta al gusto

Preparación:

1. Batir yemas: En un bol, bate las yemas a baño maría.
2. Agregar caldo: Incorpora el caldo caliente poco a poco mientras sigues batiendo hasta que espese.
3. Añadir manteca: Agrega la manteca en cubos y bate hasta que se derrita y la salsa quede cremosa.
4. Ajustar sabor: Añade el jugo de limón, sal y pimienta y a disfrutar.

La salsa alemana (sauce allemande) es versátil y suave, lo que la hace ideal para una variedad de platos. Aquí te dejo algunas ideas:

1. Carnes blancas: Es perfecta para acompañar carnes como pollo, pavo y ternera, ya que su cremosidad complementa la textura y el sabor suave de estas carnes.

2. Pescados: Funciona bien con pescados blancos como el lenguado, la merluza o el bacalao, aportando una rica suavidad sin opacar el sabor del pescado.

3. Huevos: Es ideal para servir con huevos escalfados o en preparaciones como huevos benedictinos, donde su textura cremosa se combina bien con los huevos.

4. Verduras: Puede utilizarse como salsa para vegetales al vapor, como espárragos, zanahorias o coliflor, dándoles un toque de sabor más sofisticado.

5. Pastas: Se puede mezclar con pastas para crear platos cremosos y elegantes, como ravioles o fettuccine, especialmente si se busca un sabor suave y delicado.

6. Patatas: Excelente para servir sobre puré de patatas o patatas gratinadas, añadiendo una textura rica y un sabor extra.

Es una salsa clásica para platos que requieren elegancia y sutileza, destacando especialmente en preparaciones de alta cocina.