En su último informe de perspectivas económicas, el FMI ha rebajado sus expectativas sobre la economía argentina, pronosticando una contracción del 3,5% para 2024. Esta cifra supone un ajuste de 0,7% respecto al pronóstico anterior de abril, que preveía una caída del 2,8%.

El informe también señala una reducción en las perspectivas de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe, vinculando esta disminución "esencialmente" a la situación económica de Argentina. La tasa de crecimiento del país sudamericano en 2023 fue de -1,6%, y ahora se espera una caída más pronunciada en 2024.

A pesar de este escenario desfavorable, el FMI mantiene una perspectiva optimista para 2025, anticipando un repunte del 5%. "Hacia finales de año, esperamos que el impacto de esta contracción fiscal disminuya, que se restablezca la confianza y, básicamente, que la economía nacional se recupere", declaró Petya Koeva, subdirectora del Departamento de Investigación del Fondo.

En cuanto a la inflación, el FMI no proporcionó nuevos datos específicos en el informe, pero durante la presentación de los nuevos pronósticos, los funcionarios destacaron una desaceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Argentina. Estiman una ligera mejora en la variación anual de precios, ubicándola en un 140% para 2024, frente al 149,4% previsto en abril.

Paralelamente al informe del FMI, los bonos soberanos en dólares de Argentina han registrado una nueva caída, continuando la tendencia del lunes y tras los anuncios del Ministerio de Economía del fin de semana. Además, el riesgo país, medido por JP Morgan, ha superado los 1600 puntos básicos, reflejando las dudas de los inversores sobre la capacidad del gobierno para acumular reservas y cumplir con sus compromisos financieros.

La calificadora de riesgo crediticio Moody's ha advertido que la migración de los pasivos remunerados del Banco Central al Tesoro Nacional, promovida por el gobierno, aumentará la exposición de los bancos a la deuda pública y a un mayor riesgo de liquidez. Esta medida, según Moody's, podría tener implicaciones significativas para la estabilidad financiera del país.

El ajuste del FMI sobre la economía argentina refleja un panorama desafiante para 2024, marcado por una mayor contracción y una elevada incertidumbre. Sin embargo, las proyecciones a largo plazo del Fondo sugieren una posible recuperación en 2025, siempre y cuando las medidas de ajuste y las políticas fiscales logren estabilizar la economía y restaurar la confianza de los inversores.