La adhesión masiva de los distintos gremios afiliados a estas centrales obreras ha resultado en una marcada ausencia en los lugares de trabajo y una disminución significativa del movimiento en las calles.

El transporte público se ha visto particularmente afectado, con la suspensión de trenes, subtes y la operación limitada de colectivos. Además, la interrupción de vuelos de cabotaje e internacionales ha sido notable, sumándose a la parálisis del sector aeronáutico en rechazo al ajuste y a la política aérea propuesta por Javier Milei.

A pesar de los intentos del Gobierno por desacreditar la huelga y minimizar su impacto, las imágenes reflejan la magnitud de la protesta y el rechazo generalizado a las políticas de ajuste. La amenaza de descuentos a los estatales que adhieren a la medida no ha logrado amilanar a los trabajadores del Estado, como lo demuestra el alto nivel de acatamiento reportado por el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar.

En el ámbito educativo, las actividades están prácticamente paralizadas en todo el país, con una fuerte adhesión en las escuelas públicas y un apoyo dispar en el sector privado. Sin embargo, a pesar de la medida de fuerza, la ANSES ha garantizado el pago a los jubilados, mientras que los servicios bancarios han sido afectados debido a la adhesión de la Asociación Bancaria al paro, aunque se han mantenido operativos los canales electrónicos para transacciones financieras.

En resumen, el segundo paro nacional ha generado un impacto significativo en diversos sectores, reflejando el descontento generalizado con las políticas gubernamentales y evidenciando la fuerza de la protesta social en Argentina.

Imagenes: AFP, EFE y NA