Carolina Herrera, reconocida como ícono mundial de la elegancia, desafía esta norma al sostener que la verdadera moda radica en lo que realmente nos favorece. Para ella, la clave reside en los básicos: una camisa blanca, un clásico par de jeans, un pantalón negro y un elegante vestido negro, abogando por la sobriedad donde menos es más.

Los estándares de medidas inalcanzables, como el famoso "90-60-90" de la desaparecida imagen de la Barbie de los 90, han impactado en la percepción colectiva durante décadas. No obstante, el panorama actual muestra a una generación de mujeres jóvenes desafiando estos estereotipos impuestos, abrazando la diversidad corporal y desafiando los cánones de belleza preestablecidos. Son mujeres que irrumpen en la escena con una actitud audaz, desafiando la norma y siendo ellas mismas el estándar de moda y tendencia diferenciándose de sus progenitoras.

Esta nueva ola de mujeres desafía lo establecido, siendo orgullosas de su cuerpo en su totalidad, lejos de los estándares de perfección incluso de sus propias idolas quienes tambien desafian lo ya conocido desde la música. La imagen de la mujer actual es barroca, natural, con curvas y celulitis, despeinada pero con una seguridad y actitud que desafía las producciones estandarizadas de la industria de la moda. Una industria que busca adecuarse sin entender el cambio tan arrasador que incluso los lleva a modificar las pasarelas con mujeres más reales. 

En este escenario, se vislumbra el contraste generacional entre las jóvenes actuales y las mujeres de la generación 90, una dicotomía que refleja dos mundos y perspectivas de la moda. Sin embargo, más allá de las diferencias, hay un consenso emergente: la importancia de promover la salud, la comodidad y la autenticidad en la vestimenta, así como una alimentación equilibrada y sana, alejada de los extremos de las dietas imposibles.

En esencia, esta nueva generación se convierte en la creadora de su propia moda, desmantelando estereotipos, eligiendo la mejor versión de sí mismas y promoviendo un mensaje de amor propio y aceptación. En un mundo saturado de filtros digitales y estándares irreales, esta nueva tendencia se enfoca en la autenticidad y el equilibrio, celebrando la diversidad en la belleza y la moda.

En última instancia, la libertad de expresión a través de la moda se convierte en un acto de amor propio, donde seguir patrones o crearlos, todo es válido mientras promueva la felicidad y el bienestar personal. Es, en esencia, una declaración de amor propio y una revolución que redefine los estándares de la moda contemporánea.

Carla Echcichure Castro 

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