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SOCIAL

22 de febrero de 2023

A LAS ARMAS LAS CARGA EL DIABLO

Por: Juancarlos Bejarano Muguruza

Desde mediados del siglo 20 y, lamentablemente, hasta nuestros días, se viene naturalizando el hecho de que la sociedad no puede establecer un orden necesario y responsable sino es por medio de la fuerza, especialmente de las armas; esto se aprecia tanto en nuestra tierra como en el resto del planeta.

Se nos va imponiendo un torrente de “ideas” donde el individualismo es amo y señor, pero donde, paradójicamente, los/las individuos/as somos sólo material susceptible de descarte.

Esa extraña y lesiva dicotomía no diferencia víctimas de victimarios/as, porque cada quien va adoptando/sufriendo, según “sus necesidades” un rol o el otro.

En esta guerra sin campo concreto de desarrollo (porque su escenario es todo el territorio del planeta), los/las poderosos/as -sin importar el origen de su poder- hacen uso de su fuerza de una manera tan dura que la inequidad es casi un efecto lógico.

Esa desigualdad profunda provoca un gran desequilibrio dentro de la sociedad y moviliza negativamente a quienes van percibiendo que su único lugar es la periferia o, muy probablemente, bien afuera de ella…

Entonces, tanto los/las que se sienten víctimas (muchos/as lo son, pero otros/as tantos/as son alentados/as comunicacionalmente a sentirse de tal manera) como los/las que no se sienten victimarios/as aunque sean actores fundamentales en este esquema materialista y selvático, buscan proteger su posicionamiento dentro del desorden que se genera ante tanta “libertad” de tener, de triunfar, de “pertenecer”.

En ese desquicio social, económico y ético, van apareciendo diversas formas de intentar esa imprescindible protección de lo ganado y esa insaciable necesidad de ampliar lo conseguido.

Entre las supuestas soluciones a esta situación surge la “genial” certeza de que la mejor manera de proteger los bienes es el uso de armas.

Entonces, se alienta desde todos los centros de emisión posibles, la razonabilidad y la utilidad de tener, portar -y por supuesto utilizar- armas de todo tipo.

Así es como desde el/la poderoso/a empresario/a hasta el/la humilde trabajador/a se proveen de un “fierro” para estar preparados/as a defender a “corchazos” sus pertenencias o sus conquistas de cualquier tipo.

Esa universalización del estar armado/a, circunstancia que hasta no hace mucho estaba reservada a fuerzas armadas y de seguridad, ha llevado a una situación en la que cualquier conflicto, por pequeño que sea, puede dar lugar al uso de revólveres, cuchillos, Taser o cualquier otro elemento que permita defender lo propio o, en el caso de las fuerzas de seguridad, la tranquilidad social o el bien común.

Esa posesión y/o uso de herramientas para dañar es la que nos va a dar seguridad?

La democracia y los derechos humanos son compatibles con estos métodos de tortura y/o muerte?

Esto, todo esto, ES LO QUE QUEREMOS para nuestra sociedad, nuestro país y nuestros descendientes?

Mi respuesta es NO….y la suya?

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