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EL RECOPILADOR

9 de febrero de 2023

Entre Santos y pañuelos.

Por: Francisco Álvarez (El Recopilador)

Historias cercanas.
Halladas a la vuelta de una esquina.

SAN ANTONIO.

 

Nació en Lisboa, Portugal, en 1191 y falleció el 13 de junio de 1231, y su canonización tuvo lugar en mayo de 1232, promovida por el Papa Gregorio IX. En 1934 se le nombró Patrono de Portugal.
Se lo considera el Santo más popular del mundo católico. A él se dirigen los enfermos, las jóvenes casaderas sin novio aún, los que han perdido animales u otros bienes, haciendo promesas que no se dejan de cumplir. Igualmente “se le castiga si no cumple” con lo pedido, algunas veces poniéndolo cabeza abajo, escondiéndole al niño, etc.
Curiosamente se le otorgó en Brasil en 1668, jerarquía militar “ingresando” como soldado raso en el 2° Regimiento de Infantería en Lagos, y “ascendió” en la carrera militar, otorgándosele los haberes correspondientes a los distintos grados… (¿quién los habría cobrado…?)  Nuestro informante fue el investigador brasileño Mario Souto Maior y su propio libro O PUXA SAO, AQUÍ, ALÍ y ACORA.

 

SANTO PILATO.

 

Es creencia generalizada, especialmente entre la gente joven, que puede interceder para la realización de un deseo. Para ello es costumbre extendida que atando un pañuelo y pronunciando la siguiente oración, no habrá dificultad en que se cumpla el pedido:

Santo Pilato
la cola te ato,
sino me concedes
(y aquí se hace el pedido)
no te desato.


Fortuny dedica algunas páginas a este tema y sintetizando dice:
“Fetiche, símbolo de la prisión y ‘atadura’ o ‘ligadura’ de un espíritu, como si fuera un familiar, que se hace surgir a voluntad y se maneja como y cuándo se quiera. 
Para ello, se forma un nudo en el pañuelo, creación imperativa, y se le solicita la gracia: salir bien en los exámenes, conseguir novio, etc.  Es frecuente verlo en las niñas estudiantes que, a buen seguro, si conocieran todos sus alcances no lo harían.
“Evidentemente, se trata aquí del fenómeno llamado ‘atar’ imposibilitar, castigar, con más restricciones que las ‘ligaduras’ mágicas.
Se ata a una imagen (San Antonio) para que conceda el favor; se ata el espíritu en el lazo de una vela para que no se escape. Un haz de leñas puede encarcelar a un espíritu y brujos comerciantes atrapan almas con sus lazos.
“Los gestos que forman la imagen del Santo Pilato, aunque en estos casos no es necesaria una semejanza real, demuestran, sin embargo, ademanes usados por el ‘poplino’: trenzas y dedos.
“En cuanto al nombre parece corresponder al tristemente histórico Pilato, quien andará penando su injusticia convertido en espíritu doméstico, una especie de benefactor sordo, a quien hay que despertar a golpes.

 

“Esta acción de ‘atar’, en el Valle y en otros lugares de la provincia de Salta, he oído que se refiere comúnmente al castigo que se busca para el hombre que es infiel con su mujer.  Esta le pide a la bruja o a la curiosa, ‘que lo ate’, es decir, que no pueda cohabitar con otra mujer.
“En ambos casos, el genérico de castigar o, en cualquier situación, ligar y la aplicación al ámbito escatológico, la fuerza del hecho reside en la magia similar:  el nudo que obstruye, imposibilita; al mismo tiempo, el nudo puede recibir la transferencia de algún mal o, como ya he consignado, el nudo sirve para detener al espíritu.”

 

 

Fuente:  Diccionario Folklórico Argentino de Félix Coluccio
Imágenes de internet, créditos a quienes correspondan.

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