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Halladas a la vuelta de una esquina.

Tratose el “ Centro de Arte y Costumbres Tradicionales La Brasa” uno de los de mayor renombre y de alto significativo para nuestro Folklore Nacional.
Estuvo ubicado en la ciudad de Ramos Mejía, sobre la calle Rosales 148, entre Bolívar y Av. de Mayo. Una de sus presidencias lo tuvo a Don Alejandro Nann, como Pulpero a Pedrito Gómez. Doña María era La Reina de las Empanadas.

Plano esquemático del local que albergó a “La Brasa”
en Ramos Mejía.

La Brasa era frecuentada por verdaderas personalidades, como Don Carlos Vega Pereda y el propio Oscar Valles, que fueran integrantes de los Cantores de Quilla Huasi.  Angel Laborde, Enrique Espinosa, El Soldado Chamamé, Juan Carlos Gaitán, bailarín y profesor de nuestras danzas, Negrín Andrade, Oscar Parras, Claudio Agrelo (El Pampa Sureño). Recién llegado de su Salta natal, supo hasta alojar bajo su techo al joven entonces Eduardo Falú. Enseñaron aquí los profesores Jorge Citino, Rubén Aguilar y Miguel Scardulla. Los conjuntos De Tiempo Nuevo y Los Cuatro Tiempos (hoy grandes figuras).
El profesor Jorge Citino, en diversas ocasiones preparó y dirigió Pericones sobre la Av. de Mayo y Procesiones de Navidad de profunda raigambre criolla.

La Brasa también tuvo su Museo de Tradición, donde se exponían sables del 1800, fusiles con bayoneta, mates y medallas de plata, patacones, recados, equipos de yerra y hasta un piano de cola, museo  éste que era visitado por muchísimas escuelas de la zona.

Tuvo su origen lejano, allá por los años ‘50.  Y  –no sabemos bien- por alguna razón de los dueños del local, dejó de funcionar por los años ‘90. 

Desde aproximadamente 1995, luego de su demolición, su solar fue donado a los Bomberos Voluntarios de La Matanza que lo convirtieron en playa de estacionamiento, con entrada por la calle Rosales y salida por la Av. de Mayo y administrada en beneficio de la citada entidad.

Algunas de las que fueron grandes figuras que pasaron por “La Brasa”
brindando su arte y su enseñanza.

(*) Relatado en 2003 (para el periódico El Recopilador), por Don Pedro Di Falco, hombre “peñero” y vecino de la calle Bolívar al 500  de Ramos Mejía, quien junto con su esposa Soledad Morales  –profesora de danzas-  supo ser activo concurrente al calorcito que solía brindar “La Brasa”.