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30 de julio de 2021

Hepatitis virales: un problema de salud pública que no puede esperar

Por: Carlos Rodriguez

Investigadoras del CONICET reflexionan sobre los desafíos científicos más urgentes de cara al objetivo de eliminar estas enfermedades en un futuro próximo.

Todos los años, el 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis con el objetivo de generar conciencia sobre las hepatitis virales, un grupo de enfermedades que producen inflamación en el hígado y pueden ser la causa de patologías de gravedad, como la cirrosis y el carcinoma hepatocelular.

La fecha fue escogida a modo de homenaje a Baruch Samuel Blumberg (nacido el 28 de julio 1925), el científico estadounidense responsable de identificar el virus de la hepatitis B, quien en 1976 fue distinguido con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. En este sentido, vale la pena recordar que el año pasado, el mismo galardón fue otorgado a Harvey Alter, Michael Houghton y Charles Rice por sus descubrimientos sobre el virus de la hepatitis C.

El lema de este año, propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es: “La hepatitis no puede esperar”. La consigna apunta a destacar la perentoria necesidad de generar estrategias conjuntas entre todos los países para poder eliminar estas enfermedades como amenaza para la salud pública.

En el 2016, la Asamblea Mundial de la Salud, máximo órgano de la OMS, aprobó una estrategia global para lograr la eliminación de las hepatitis virales C y B, que tiene como objetivo reducir el 90 por ciento de las nuevas infecciones, el 65 por ciento de las muertes (mortalidad) y poder tratar al menos el 80 por ciento de los pacientes que requieran una terapia.

 

¿Qué son las hepatitis virales?

Las hepatitis virales son enfermedades causadas por virus que infectan los hepatocitos, las células que componen el hígado. Dichos virus se denominan virus de la hepatitis A (VHA), B (VHB), C (VHC), D (VHD) y E (VHE) y pertenecen a familias virales no relacionadas.

En su conjunto el VHB y el VHC, de acuerdo a estimaciones de la OMS, causan a nivel mundial, más de un millón de muertes y cerca de tres millones de nuevas infecciones todos los años.

“Uno de los grandes problemas es que la mayoría de los individuos infectados con VHB y VHC desarrollan la patología de manera silente durante muchos años. Entonces, salvo que se haga el diagnóstico serológico de manera ocasional, por ejemplo por donación de sangre, ciertas personas pueden desconocer su infección hasta que se llega a una situación en la que el hígado ya se encuentra severamente dañado. Por eso, todos los 28 de julio hay iniciativas para ofrecer testeos gratuitos y actividades para tratar que la gente sepa que estas enfermedades existen y se preocupe por hacerse un análisis para poder diagnosticarlas”, explica Pamela Valva, investigadora del CONICET del Instituto Multidisciplinario de Investigación en Patologías Pediátricas (IMIPP, CONICET-GCBA), quien se dedica al estudio de los mecanismos implicados en la generación del daño hepático en niños y adultos con infección crónica por VHC.

De acuerdo con la OMS, sólo un 10 por ciento de las personas que padecen infección crónica por VHB se encuentran diagnosticadas, y entre ellas, sólo un 22 por ciento recibe tratamiento. Además se estima que, en el mundo, cada treinta segundos una persona pierde la vida a causa de enfermedades relacionadas con hepatitis. La gravedad de esta situación determina la importancia no solo de que quienes se encuentren infectados sean diagnosticados a tiempo, sino también, de que puedan acceder a un tratamiento.

“De los cinco virus que pueden causar hepatitis, no todos desarrollan enfermedad hepática crónica. Las hepatitis causadas por los virus de hepatitis B y C, que son las de mayor prevalencia, sí pueden llevar a cronicidad y por eso son las más críticas a la hora detección, dado que en su desarrollo silencioso muchas veces se puede llegar a generar una cirrosis o un hepatocarcinoma, ambas patologías graves y de probable mala evolución”, indica María Victoria Preciado, investigadora del CONICET en el IMIPP, quien desde hace muchos años investiga sobre diferentes aspectos de estos virus hepatotropos.

Todos los años, la campaña de la OMS contra la hepatitis se articula en torno a una serie de mensajes dirigidos al público en general, a los tomadores de decisiones y a los líderes nacionales. Los mensajes dirigidos al público este año son: 1) las personas que viven con hepatitis no pueden esperar para recibir tratamientos que les salven la vida; 2) las mujeres embarazadas se deben testear y tratar contra el VHB con el propósito de prevenir la transmisión vertical; 3) los recién nacidos deben ser vacunados contra el VHB al nacer; 4) las personas que padecen hepatitis tienen que ser protegidas contra el estigma y la discriminación; 5) las organizaciones comunitarias no pueden esperar por una mayor inversión; 6) los tomadores de decisiones no pueden demorar y deben actuar ya, para hacer realidad la eliminación de las hepatitis mediante la voluntad política y la financiación.

 

Avances y perspectivas

Hace algunas semanas, la revista World Journal of Gastroenterology publicó una revisión elaborada por investigadores e investigadoras del CONICET, pertenecientes a distintos institutos, en la que se da cuenta de los avances científicos conseguidos hasta ahora en torno a los virus que causan las hepatitis virales, consideradas como uno de los principales problemas de salud pública, y a la vez que busca establecer cuáles son los problemas más urgentes y los aspectos principales que deberían atender las futuras investigaciones.

“Aunque las características clínicas y epidemiológicas de las infecciones por los virus que causan las hepatitis son conocidas, todavía hay otros puntos críticos que deben ser discutidos. Nuestro trabajo se centra en los temas de investigación más importantes, da cuenta de algunas cuestiones no resueltas y plantea futuras direcciones de investigación que pueden maximizar el impacto práctico en el campo de la hepatitis viral”, señala María Belén Pisano, investigadora del CONICET en el Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella”, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (FCM, UNC), y primera autora del trabajo.

De acuerdo con Pisano, el principal desafío en torno al VHA-que se transmite por vía fecal-oral y, aunque no dispone de tratamiento, no genera una afección crónica tras producir un cuadro agudo- es implementar la vacunación masiva, inclusive con esquemas de una dosis única, para que disminuyan los casos y se la pueda erradicar.

“Respecto del VHB, uno de los desafíos actuales (además de detectar a las personas infectadas) es encontrar marcadores genéticos que permitan predecir el curso de la infección. Otro reto tiene que ver con la terapia, ya que los tratamientos antivirales actuales presentan algunas deficiencias, como la escasa respuesta virológica sostenida o los calendarios prolongados. En este sentido, se están evaluando agentes antivirales directos e investigando terapias inmunomoduladoras que permitan superar el deterioro inmunológico del huésped en el caso de las infecciones crónicas”, indica Cecilia Giadans, becaria de CONICET en el IMIPP y coautora del trabajo.

“Pese a que se cuenta con una vacuna segura contra el VHB, incluida en el calendario de vacunación, la respuesta es todavía inadecuada en ciertos entornos”, apunta Valva, quién coordinó el trabajo.

Respecto al VHC, para las científicas, los desafíos más urgentes son, por un lado, poder lograr el diagnóstico durante la etapa silente de la enfermedad, antes de que el daño del hígado sea severo, y, por otro, que los pacientes diagnosticados tengan acceso al tratamiento con antivirales de acción directa (AAD).

“Desde el punto de vista de la investigación científica, se debería profundizar en el conocimiento de la patogenia de la infección y evaluar qué ocurre con el sistema inmunológico luego del tratamiento con AAD, ya que ciertas características inmunitarias se revigorizan, pero muchos signos de agotamiento inmunitario pueden persistir. Otra cuestión pendiente respecto del VHC es el desarrollo de una vacuna profiláctica eficaz. Para ello, es muy importante alcanzar una mayor comprensión de la respuesta inmunitaria durante la infección y luego de la eliminación del virus por la terapia”, explica Valva.

De acuerdo con las científicas, aunque aún no se cuenta con tanta información respecto al virus de la hepatitis D, desde el punto de vista de la salud pública, los temas más críticos en relación con esta enfermedad están vinculados a su diagnóstico y tratamiento.

“En cuanto al VHE, que se transmite principalmente por vía fecal-oral -mediante aguas contaminadas- y vía zoonótica, muchos estudios recientes se centran en su detección en matrices ambientales y alimentarias o productos sanguíneos (ya que existe evidencia que este virus puede ser transmitido por la vía transfusional) como fuentes alternativas de infección. Además, en los últimos años se ha reportado que algunas variantes de VHE que circulaban sólo en ratas, son capaces de infectar y producir enfermedad en humanos. Es crítico el conocimiento de la patogenia, la vigilancia epidemiológica, y la detección en poblaciones propensas a desarrollar infecciones severas o crónicas, como inmunosuprimidos, embarazadas, e individuos con hepatopatías crónicas de base por otras causas”, concluye Pisano.

 

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